Leo desde Colombia que la demanda del ex presidente Rafael Correa contra el periodista independiente Martín Pallares no prosperó. Pallares quedó absuelto de cargos.
Gana en primer lugar Ecuador. Los años del correísmo, y lo afirmo sin ninguna connotación política, sino simplemente como periodista, habían mutilado casi totalmente la libertad de prensa. Canales de TV, radiodifusoras, periódicos, revistas habían caído bajo la mirada y la vigilancia del “Gran Hermano”, siendo muchos de estos medios adquiridos, por el mismo Estado o sometidos bajo intimidaciones a la autocensura, so pena de ser sancionados.
Desde fuera he sido testigo de esta lenta agonía de los medios. Viví en Ecuador en la época de Rodríguez Lara, “Bombita”. Un dictador amable, un caballero. Después, hace muchos años retorné a Colombia, pero jamás me he alejado de Ecuador. Cada año regreso a mi “patria del corazón”. Sigo como si fuera mi país, sus devenires y aconteceres políticos. Podría tal vez afirmar sin equivocarme demasiado que alcancé a vivir los estertores de un país feudal y muy desigual donde no existía la clase media. Y las distancias entre los señoritos o patrones y sus empleados o sirvientes era abismal.
He observado cómo Ecuador ha progresado sin detenerse. Presidentes buenos. Populistas. Malos. Corruptos. Honestos. Pero siempre hacia adelante. Guayaquil es ejemplo para el mundo de como, puede florecer una ciudad a punta de administraciones honestas. El Quito de los años setenta era sucio y helado. Actualmente una capital cosmopolita, internacional, bellísima que irradia, con luz propia. Cayambe, Cotacachi, Riobamba, Baños, Pujilí, Ambato… son ejemplo de prosperidad, de limpieza, de pujanza comercial.
La mordaza a los medios de comunicación llegó a su fin. En estos últimos años producía grima leer los, periódicos… simplemente informes anodinos, editoriales simplistas… Inclusive la censura llego al extremo de prohibir la entrada de la Revista Semana de Colombia. Patético.
Me les quito el sombrero a Pájaro Febres Cordero y Martín Pallares entre los que lograron capotear con la frente en alto, sin doblegarse ni ceder a amenazas. Ojalá antiguos noticieros de televisión cuyos directores fueron silenciados, vuelvan por sus fueros. Ecuador merece una libertad de prensa total, sin ataduras ni mordazas de ninguna especie. Sigan luchando.
El actual Presidente Lenin Moreno, a quien no conozco, lo percibo como un hombre estructurado. Planteando soluciones sensatas y abriéndole espacio a diversas corrientes ideológicas y políticas. Desenmarcándose de su antecesor para pensar en grande, o sea pensar en su país, donde caben y son bienvenidos todos. Le deseo ¡Buen viaje y Buena Mar!
PD: Presidente Moreno. ¿No ha pensado devolverle a las, Fiestas de Quito su antiguo esplendor? ¿Toros…claveles…serenatas, turistas a montones, guitarras y el inmortal pasacalle El Chulla Quiteño? ¿Por qué no?