La decisión del gobierno de Nicolás Maduro de abandonar la Organización de Estados Americanos, OEA, demuestra que Venezuela está aislada internacionalmente y se ha convertido en la oveja negra de Latinoamérica.
Venezuela es el único país que prefiere separarse de la OEA que aceptar la carta democrática.
Es la actitud arrogante de los dictadores que hablan por la boca de los fusiles porque no encuentran otra manera de encubrir sus acciones que la de permanecer en el poder a cualquier precio.
La OEA era un peligro para Nicolás Maduro y sus compinches aunque habían asegurado el apoyo político de los países del Caribe y Centroamérica con la entrega de petróleo a precio de amigos. Todos los intentos de diálogo auspiciados por el Vaticano, la Unión Europea, los países del Mercosur; todos fracasaron porque Maduro solo ganaba tiempo mientras el mundo se empeñaba en encontrar una solución antes de que se precipite la guerra civil o una tragedia humanitaria. Al final, se impuso la responsabilidad democrática de los países de la región, pocos países quedaron arrimados a Maduro: Antigua y Barbuda, Bolivia, Dominica, Ecuador, Haití, Nicaragua, San Kitts y Nevis, Surinam, San Vicente y las Granadinas.
El gobierno de Venezuela rechazó todos los ofrecimientos de ayuda calificándolos como intervencionismo de “países mercenarios de la política” que atentan contra la soberanía del pueblo de Venezuela.
Los episodios que cambiaron el curso de la geopolítica fueron la decisión de los magistrados chavistas de desconocer a la Asamblea Nacional y asumir sus competencias; la utilización de grupos armados de civiles para controlar las manifestaciones; la aparición de motorizados que atacaron a tiros a los opositores y la pobreza extrema que se vio obligada al asalto de mercados y a buscar comida en la basura.
Ha llegado la hora de Maduro; su gobierno está aislado internacionalmente.
Además de la gente en las calles y la presión de la OEA, el pleno del Parlamento Europeo condenó la “violación continua del orden constitucional”; España y Uruguay piden acuerdo para celebrar elecciones; el bloque de Mercosur le suspendió como miembro pleno; el presidente de EE.UU. califica a Venezuela como un desastre.
Con el rechazo a la OEA y la represión en las calles, Maduro ha quemado las naves, pero resquebraja la unidad del chavismo. Yibram Saab, hijo del defensor del pueblo, hizo un llamado conmovedor a su padre: “Papá, en este momento tienes el poder de poner fin a la injusticia que ha hundido al país. Te pido como hijo y en nombre de Venezuela, a la cual tú sirves, que reflexiones y hagas lo que tienes que hacer”.
La izquierda y la derecha coinciden en que la única solución para salir del problema actual es la unidad de la oposición y el apoyo de la comunidad internacional para conseguir la realización de elecciones libres y democráticas.
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