El arte de Concha Buika marcó el inicio del Encuentro de Cantautores, que se realiza hasta el 25 de junio, en Quito.
La voz de la mallorquina reflejó su amor por el arte, un pensamiento libre y la improvisación, como elemento esencial en su música y vida.
Los acordes de sus composiciones se mueven entre el jazz, flamenco, con aportes de house… “Soy una nota libre y esta cabe en cualquier género, acorde o lugar. Nunca he creído que la melodía sea una sucesión de notas esclavas y desprovistas de libertades”.
Sus raíces africanas se sienten en cada trabajo musical. El más reciente, lanzado en el 2009, es un homenaje a Chavela Vargas. En ‘El último tango’ se manifiesta el valor por lo sentido y un llamado a seguir sintiendo.
Cada palabra de Buika es una invitación al encuentro con las cosas, los sonidos y las experiencias. Entre ellas su acercamiento con Vargas y el mensaje que le dejó. “La soledad es algo a lo que una mujer no debe tenerle miedo, porque es la mayor de las libertades y es el lugar desde donde nos construimos sin mirar a otros”, recuerda la cantautora.
Un arte que no tiene límite, pero sí un comienzo. Las ‘mentiras’ de niña se convirtieron en inventos de sueños y canciones. Música que se realiza en cualquier lugar donde exista gente dispuesta a escuchar, a improvisar.
El cine también fue parte de Buika. Ella participó en ‘La piel que habito’, del español Pedro Almodóvar. “Un ambiente difícil para mí. Estoy acostumbrada a lanzarme al vacío y esos son espacios muy controlados y estudiados. Pero eso fue fantástico”, comenta al respecto.