Japón quedó hoy, 06 de febrero de 2014, bajo estado de shock después de que Takashi Niigaki, profesor de la prestigiosa Escuela de Música Toho Gakuen, confesó que el “maestro” Mamoru Samuragochi, conocido como el ‘Beethoven japonés’, famoso y celebrado por despertar sensibilidades e impactar con “su” música, en realidad no es sordo como había dicho.
Niigaki, de 43 años, reveló además que compuso por encargo las piezas de Samuragochi durante 18 años.
El profesor Niigaki acusó así a Samuragochi, de 50 años, de mentir sobre sus problemas de audición, ya que no tuvo ni una sola vez “la impresión de que (él) tuviera dificultades para oír”. “Había veces que escuchaba la música y daba sus impresiones”, explicó Niigaki, al tiempo que pidió perdón públicamente por ser partícipe de lo que calificó de un fraude.
Según Niigaki, durante los últimos 18 años recibió cerca de 7 millones de yenes (un poco más de 5 000 euros) a cambio de componer más de 20 piezas que el “Beethoven japonés” grabó y publicó después como suyas.
Sin embargo, el abogado de Samuragochi afirmó a la cadena pública nipona NHK que su defendido posee un certificado de discapacidad auditiva.
Samuragochi se atribuyó trabajos como ‘Hiroshima Symphony’, una obra que vendió cerca de 147 000 CD desde 2011 y fue usada en la ceremonia solemne de la ciudad destruida por el primer holocausto atómico del Planeta y de otras canciones, entre ellas la de los videojuegos como “Biozhard” y “Residente Evil” Le fue acreditado, después de perder la audición antes de los 35 años, como ejemplo de perseverancia por “haber superado” las adversidades de la vida.
“Me escucho a mi mismo. Si creen en un sonido interior, pueden crear cualquier cosa real”, había dicho acerca de la composición sin escuchar en una entrevista. Según Niigaki, el “Beethoven nipón” impostor “no puede escribir una partitura” y “tiene nociones mínimas de piano”.
“Nunca vi señales de que hagan entender que no puede escuchar”, dijo con franqueza el profesor de la escuela Toho Gakuen.
El compositor-sombra contó el origen de las canciones, nacidas por indicaciones suministradas en hojas de papel de temas y argumentos deseados. Luego, el mismo cliente elegía la melodía.
Según su biografía oficial, Samuragochi es hijo de sobrevivientes de la bomba atómica de Hiroshima, y comenzó a componer música muy joven.
En su página de Internet se declara en tanto como un compositor autodidacta y asegura que fue su madre la que le enseñó a tocar el piano cuando tenia 4 años y que a los 10 interpretaba ya a Ludwig Van Beethoven y Johann Sebastian Bach.
Ninguna mención a las causas de la pérdida de audición, aunque sus abogados -según los medios nipones- definieron la discapacidad como “hipoacusia grave”. La noticia causó así un auténtico revuelo en Japón y la distribuidora Nippon Columbia expresó su “estupor e indignación” por el comportamiento de Samuragochi, por lo que decidió suspender las ventas y difusión de sus CDs tanto en tiendas como en Internet, además todos sus conciertos fueron cancelados.
En tanto, los principales medios, como la televisión pública NHK, entre las primeras en creer en su talento, se disculparon por celebrarlo como “genio y artista consumado”. Samuragochi no es autor ni siquiera de “Sonata para violín”, una obra melódica que acompañará en la prueba del patinador sobre hielo japonés Daisuke Takahashi, en los Juegos Olímpicos invernales de Sochi.
Este hecho hizo que Niigaki saliera al descubierto y obligara al falso compositor a admitir el miércoles que no es autor de sus supuestos propios trabajos.
Estaba preocupado, según las explicaciones singulares, porque temía que si la historia se daba a conocer después de los Juegos Olímpicos de la nieve creara un problema al campeón de patinaje nipón ante el “mundo entero” .