Un diálogo llama la atención en la mitad de la Plaza del Teatro, en el Centro Histórico, todas las tardes. “¡Señor, señor, se le cayó esta cadena!”, se escucha con fuerza. ‘No, no es mía’, responde, otra voz, con menos intensidad. Enseguida se escucha: “Sí señor, es suya, vi cuando se le cayó. Es de oro’. Desde una esquina aparece otro actor y él se lleva la cadena.
Así es la escena inicial de la obra ‘Cuentos y miselañas’, que presenta el grupo de teatro callejero Eclipse Solar, de lunes a viernes. Este es el motivo por el cual se puede ver a un círculo de personas entre las 16:00 y 18:00, que se agrupan en la plaza.
A pesar de la lluvia, el pasado viernes sí hubo presentación. La gente caminaba apresurada. Algunos lo hacían con paraguas, otros con abrigos. Al pasar por la mitad de la plaza, la gente se detiene a disfrutar del teatro de la calle. Henry Bedoya, empleado público, quien trabaja desde hace tres años en el centro, dijo que asiste a las presentaciones todos los días, sin importar el clima.
Desde hace 28 años, la plaza ha sido el escenario para la presentación del grupo. Allí se iniciaron como artistas, el 14 de julio de 1983. Marcelo Báez, conocido como Marcelino pan con queso y director del grupo, recordó que cuando tenía 13 años asistió a un taller de teatro en La Alameda.
Allí conoció a Ismael Chaquinga y juntos formaron Eclipse Solar. En 1988, los artistas dictaron un taller de artes escénicas para jóvenes. Fue entonces cuando descubrieron el talento de Washington Mancero, Luis Gómez, Medardo Castañeda y Sonia Flores, quienes actualmente conforman el grupo Eclipse Solar.
Así intercalaban el teatro con sus estudios. En la mañana asistían a clases y en la tarde a la plaza. Un día, mientras presentaban la obra ‘Amor, amor y más amor’, Báez se percató que entre el público presente estaba su madre.
Ella le comenzó a agredir. “La gente pensó que era parte de la obra y se rió. Corrí entre el publico. Me alcanzó en la plaza de Santo Domingo y me llevo a la casa”.
Historias como las de Báez se repiten en la vida de estos artistas.
Sin embargo, no solo la calle ha sido su escenario. Durante siete años consecutivos fueron los ganadores del Festival de la comedia. Se han presentado en todo el país e incluso fueron invitados a un festival en Los Ángeles. Los integrantes coinciden en que no cambiarían por nada las tablas por el espacio en la plaza.
A diario este grupo de teatreros presentan cinco obras, cada una con varios ‘sketchs’, que duran entre 10 y 15 minutos.
Después de presentar el primer ‘sketch’‘La cadena’, que hace referencia al ‘paquetazo’, una forma de estafa que se conoció en los años noventa, Ismael Chaquinga, conocido por el público como Chichilo cuatro reales, saluda a los espectadores e informa que pasarán la gorra para recibir colaboraciones. “Si no tiene efectivo, no se preocupe. Se aceptan aretes, anillos, relojes o celulares”.
Entrada la noche, empiezan a actuar Luis Gómez y Sonia Flores con la obra ‘Lo nuestro’. A pesar de la lluvia y de los fríos que hacen en Quito en los últimos días, las presentaciones de los artistas no se interrumpen y el público no se mueve de su lugar.
Hay peatones que se detienen a mirar las obras durante pocos minutos. Al final, los artistas recogen rápidamente su vestuario, se colocan bajo la visera de una de las puertas del Teatro Nacional Sucre. Cuentan las monedas que les dejó la gente y se van a sus casas a descansar, para volver a presentarse el siguiente día.