La muestra se ha ganado un espacio, a pesar de todos los pesares”, dijo Danae Diéguez, integrante, desde el 2006, del comité organizador del encuentro, que este año tuvo lugar en febrero.
El filo crítico de las obras exhibidas ha chocado más de una vez con las instituciones, como sucedió con el intento de censura en el 2010 del documental ‘Revolution’, de Mayckell Pedrero, sobre el contestatario dúo cubano de hip hop Los Aldeanos.
La cita nació en el 2000 y mantuvo el nombre de Muestra de Nuevos Realizadores hasta la edición de este año, cuando pasó a llamarse Muestra Joven.
La democratización de las tecnologías contaba ya al comenzar el milenio con un camino recorrido después del nacimiento del video y el acceso doméstico a la filmación de imágenes.
Las obras de quienes tomaron una cámara y grabaron por simple placer se habían reunido a finales de los años 80 y principios de los 90 en muestras de la no gubernamental Asociación Hermanos Saíz, que allanaron el camino para la iniciativa del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (Icaic).
El instituto persiguió con la muestra “aunar, atraer y ubicar el grupo de gente que hacía cine alternativo, fuera de las propuestas de la industria, con otros presupuestos de producción, mediáticos, y en alguna medida estilísticos”, detalló Diéguez.
Los audiovisuales presentados alcanzaron una nueva dimensión con la entrada de la tecnología digital, que amplió las posibilidades de filmar y editar. “La independencia es por un lado material, y por otro mental”, agregó.
Acercamientos a la prostitución, violencia hacia la mujer, drogadicción, el abandono de campesinos de sus tierras por la escasez de recursos, las carencias en la educación pública, el funcionamiento superficial de instituciones cubanas, y la pobreza, figuran entre la paleta temática que caracteriza al encuentro.
El experto en cine Enrique Colina asegura que la pasión entre la juventud reunida alrededor de la muestra por contar temas candentes de la realidad del país surge de la ausencia de un periodismo crítico y social en esta nación caribeña, donde los medios de comunicación están en manos del Estado desde mediados de la década de los 60. La denuncia social es protagonista en el abordaje de las cintas del festival.
“Ha sido importante para que la gente saque de dentro todas esas cosas que le dañan en lo profundo, temáticas sociales, muy fuertes”, dijo Arianna Fajardo, quien trabaja en la comunitaria Televisión Serrana, ubicada en el oriente del país.
En esta ocasión fueron 69 las cintas a concurso, que compitieron en diferentes categorías: ficción, documental, animación y música original. En el certamen conviven obras amateur con las de cineastas profesionales.