La tónica utilizada por el gobierno es adaptar ciertos indicadores al discurso político. Ya se inventaron una lista de indicadores para decir que el Ecuador no vive una crisis económica.
Como expliqué en un artículo anterior, no hay respaldo técnico alguno para sostener que esos son los “requisitos” para que un país registre una crisis económica. Ahora anuncian una recuperación económica, sostiene el gobierno, debido a que los depósitos se han recuperado y los atrasos del fisco con contratistas públicos han disminuido. Nuevamente me veo obligado a aclarar tales comentarios.
Los retiros de depósitos que se produjeron en el sistema financiero no han regresado. Lo que ha ocurrido es que el gobierno se ha endeudado bajo diversas modalidades como fue el crédito chino de USD 1 500 millones y la emisión de bonos al 10.75% por USD 1 000 millones, con lo cual la liquidez obviamente sube, se expresa esto en un aumento de los depósitos, con lo cual algunos contratistas del gobierno reciben sus pagos y atienden a su vez otras obligaciones.
Este pago de atrasos, termina depositado en el sistema financiero y sirve para que los bancos presten una parte de ese monto de depósitos, no lo que quisieran, pues el entorno de mayor riesgo sigue vigente y además la demanda de crédito es muy baja, esto es, la gente y las empresas no solicitan préstamos porque o no venden lo que quisieran vender o las personas no gastan porque no tienen la plata necesaria o porque perdieron su trabajo.
Lo anterior quiere decir que mientras el gobierno consiga recursos frescos, gaste o pague atrasos, habrá una sensación de recuperación económica pero de ninguna manera será sostenible. Es una suerte de efecto espuma en una copa de champagne, que luego de servido se reduce y el nivel del espumante regresa a su verdadera dimensión.
No es que la confianza ha regresado y la gente ha depositado lo que retiró de los bancos, que la inversión extranjera ha reaccionado o que el sector privado ha traído sus ahorros del exterior. Eso sí sería una recuperación creíble y sostenible. Lo que realmente busca el gobierno es pasar el bache hasta las elecciones para que no les cueste mucho electoralmente la crisis económica que ellos mismos crearon. Por eso se endeudan sin importar las condiciones.
El momento en que no puedan “levantar” más recursos del exterior nuevamente regresaremos a la realidad de caída.
En la práctica, dado que el ingreso petrolero es menor al que necesitan y debido a los bajos ingresos tributarios derivados por la propia recesión, la única fuente importante de recursos para el gobierno es el endeudamiento público, tanto interno como externo.
Y, precisamente esa ha sido la mecánica del último año y seguirá siendo la tónica aplicada hasta que este régimen termine sus funciones.
Es entonces la nueva deuda la que marca esa ilusión óptica que el gobierno quiere mostrar como reactivación productiva. Nos quieren meter un gol de “corner”.