De un tiempo acá se ha vuelto común el uso antojadizo de palabras que tienen un significado diferente al que se pretende dar, y que al leerlas o escucharlas con frecuencia, se presume normal. Este es el caso de la palabra “Socializar”. Con ella se pretende decir que se va a dar a conocer algo, cuando lo correcto es “difundir”.
Diariamente, asambleístas, políticos, toda la prensa, editorialistas la han convertido en palabra favorita, deformando el idioma. El dato aparecido el 29 de julio en este Diario, con relación a hallazgos de la Contraloría al examinar cuentas de la Asamblea, me impulsa a escribir esta nota, ya que en ella aparece que se analizó un contrato para “Planificación, Formulación y Desarrollo de Estrategias Comunicacionales para la Difusión y Socialización del Quehacer Legislativo…”. Observen los lectores cómo se usa indiscriminadamente las palabras difusión y socialización juntas.
Cuanta incompetencia. Socializar, según el Diccionario de la Lengua Española, en ningún momento equivale a dar a conocer algo.
También está de moda introducir palabras nuevas sin siquiera entender qué significado tienen; o saber si existen o no, tal el caso de “empoderar”, con la que creo, pretenden expresar hacer suyo algo. Esta palabra no existe en nuestro idioma. El uso continuo, en especial en el sector público, de “sumilla”, cuando quieren referirse a rúbrica o rasgo caligráfico. Esta palabra tampoco existe; sin embargo, se la repite sin reparo alguno. “insuceso”, es otra palabra que no consta en el Diccionario de la Lengua Española. Qué contrasentido. Quiere decir que no sucedió. “In” se antepone como negativo a determinadas palabras, p/e: inservible, invisible, inculto.
Buena tarea tienen los centros educativos, la prensa, los políticos, los asambleístas, las entidades públicas y privadas, los padres. Utilicemos adecuadamente el idioma español, que como ningún otro tiene una acepción para todo.