La dolarización en el país cumple 16 años en medio de una crisis económica, un gran insumo para las estrategias de campaña en este año preelectoral.
Los opositores al Gobierno dirán que la dolarización está en peligro porque es incompatible con el modelo vigente, mientras que el oficialismo sostendrá que está tomando todas las medidas para fortalecerla, y que la crisis económica no es solo de Ecuador sino de la región y el mundo.
Lo cierto es que el debate a lo largo del 2016 girará en torno a la economía y a las medidas que permitan fortalecer un sistema de tipo de cambio rígido, el cual ha permitido mantener el poder adquisitivo de la gente. Y todos saben el peso de las finanzas familiares a la hora de votar.
También se sabe que la dolarización funciona con dólares y que es necesario que entren más dólares de los que salen para financiar el crecimiento de la economía. Lo que no se sabe es si este año habrá más dólares en el mercado interno.
Por el antecedente del 2015, cuando la liquidez se contrajo en el mercado doméstico, lo más probable es que la economía se siga deteriorando, según proyecciones de organismos como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI), bancos internacionales e instituciones locales.
No todos piensan así. El Banco Central del Ecuador y la Cepal están en la otra orilla, pero sus proyecciones apuntan a conformarse, en el mejor de los casos, con un desempeño parecido al del año pasado.
Para pasar este año serán necesarios al menos USD 10 000 millones de financiamiento y el Régimen espera que los recursos empiecen a llegar en estos días. No hay mayor certeza de aquello.
Por eso, el Presidente sigue pidiendo disculpas a los proveedores impagos del Estado, porque espera ponerse al día con “la mayoría” de ellos hasta fines de mes.
Si el Gobierno quiere tapar la boca a la oposición de una vez por todas necesita presentar el plan que garantice un ingreso suficiente de divisas al país. ¿Lo tiene?