Grafitis de niños, aves y castores dan color al Douglas DC-3, el avión que desde hace 36 años está en el parque La Carolina, en el norte de la ciudad.
Cinco grafiteros de los colectivos Mala Junta y Demencia, de Ecuador, Chile y Colombia, colorearon las vetustas latas de la nave de transporte de pasajeros que data de los años treinta.La obra se inauguró el sábado y fue parte de los festejos por el cuarto aniversario de la Casa de la Niñez nro. 2.
Luis Fernando Auz, uno de los artistas plásticos, comentó que el propósito de los dibujos, hechos con aerosol, es mostrar la esperanza que reflejan los niños.
Por coincidencia se enteró de que su tío Juan Auz, un coronel de las Fuerzas Armadas, estuvo en el equipo que voló por última vez en el Douglas DC-3. Tres tripulantes llevaron a un grupo de personas hacia Panamá, indicó.
Según Oswaldo Granda, administrador de la Zona Norte, en 1975 el avión fue colocado en el parque como parte del equipamiento militar, que allí se exhibe.
Por el desuso y abandono, este lugar se volvió peligroso. Hoy se le quiere dar un nuevo rostro y que esté destinado a los niños. Por ello, los artistas Ricardo Mella, de Chile, y Juan Camilo Alfonso (Paquidermo), de Colombia, buscaron crear un ambiente infantil, con coloridas aves y figuras humanas, como bebés.
El avión es el símbolo de los niños y adolescentes con experiencia de vida en la calle y consumo de drogas, que se rehabilitan en la Casa de la Niñez.
En estos cuatro años de labor, el centro ha dado atención a unas 300 personas de entre 8 y 17 años. Actualmente están en rehabilitación 33 chicos.
Según Pablo Jiménez, director de la Casa, muchos de los niños y adolescentes dormían en el avión, que estaba abandonado.
Uno de ellos es Édgar, de 17 años. Él recuerda que cuando tenía 11, en este sitio había funciones de títeres. Después acudía con sus amigos para pasar la noche. También pernoctaba en la Tribuna de los Shyris. “Me alegro que este espacio se haya recuperado para nosotros”.
En este sitio, ubicado entre las áreas de juegos infantiles y canchas deportivas, los jóvenes de la Casa de la Niñez emprenderán cuatro proyectos productivos.
Todos los fines de semana expenderán en un bar bocaditos tradicionales, como chochos con tostado. También abrirán un taller de bicicletas. Posteriormente inaugurarán una sala de video y un rincón de lectura, para los niños que frecuentan el parque.
También se prevé que los jóvenes sean instructores en las escuelas de la Dirección de Deportes.