Graffitis en la calle Briceño y Valparaiso en el centro- norte de Quito. Foto: Alfredo Lagla / EL COMERCIO
Los muros de la ciudad están manchados. Frases ácidas contra los políticos, contra la Policía, contra el sistema se ven en cada cuadra. Las firmas de jóvenes que dicen pertenecer a pandillas se cuentan por docenas y opacan a las frases románticas de algún muchacho que aprovechó la noche para dedicar un “te quiero” a su Gaby.
Los graffitis con frases románticas son la minoría. En el muro de la Unidad Educativa La Salle-Febres Cordero, en el centro de Quito, existe 12 frases y dibujos hechos con spray. Hay ocurrencias como “Solo nos queda Barcelona”, trazos inentendibles y claros mensajes de afecto escritos con letras negras: “Feliz cumpleaños preciosa”.
En Quito, los colegios son los sitios en donde hay más mensajes románticos. Frente a la puerta del colegio Simón Bolívar está un ´Te quiero’ con letras multicolor. Algo similar ocurre frente al colegio Benito Juárez, en el sur. Los graffitis en la calle General Quisquis están hasta en los contenedores de basura, solo dos de ellos hablan sobre historias de amor.
Existen aventureros que dejaron esos mensajes pequeños, para hacer grafitis grandes para que puedan ser vistos por la mayor cantidad de personas. Uno de ellos está en el muro de contención que se encuentra en la unión de la ruta Viva y la avenida Simón Bolívar.
En este punto pasan cerca de 60 000 vehículos diariamente y leen el perdón que alguien pidió a su pareja. Otras personas optaron por pintar sábanas blancas con frases de amor. Una de estas mantas cuelga desde el puente peatonal de la Panamericana Norte, cerca a una fábrica de cosméticos. Una segunda está en el la Simón Bolívar, en el sector de Promoción Familiar.
Otras personas optan por escribir un “Te Amo con cal”. Uno de los sitios favoritos es el intercambiador de Miraflores. En una loma, los jóvenes aprovechan para colocar el polvo y escribir sus mensajes. Este tipo de demostración tiene una desventaja. Dura poco ya que cuando se corta el césped desaparece.
El psicólogo y catedrático de la Universidad De las Américas, Eduardo Granja, indicó que la motivación para dedicar una frase de amor difieren en cada caso. Sin embargo, dijo que las personas que escriben los textos grandes, en lugares públicos tratan de que su mensaje resalte lo máximo posible. “También puede haber casos en que tengan sentimientos de culpa o sentimientos de amor muy grandes por una persona”.
El mensaje tiene un valor agregado si la persona a la que va dirigido valora el esfuerzo y el riesgo que corre el pintor.
El graffitero Álex Jara ha realizado algunas obras por petición de amigos que quieren conquistar a nuevas novias. “Ellos ganan puntos con eso”. Él pone énfasis en los colores para llamar la atención, sin perder la armonía.
Otro graffitero, Eduardo Quito, comentó que hay un riesgo al escribir. “Es como un acto de valentía por esa chica especial. No todas lo aprecian”.
Según información municipal, las personas que sean atrapadas pintando un graffiti enfrentan una sanción equivalente al 0,5% de una Remuneración Básica Unificada, tal como lo estipula la Ordenanza Metropolitana 332, artículo 104, numeral 7. Hay normativas penales en el caso de que se pinte en los bienes considerados patrimoniales.
Sin embargo, cuenta Quito, él seguirá tomando estos riesgos por su novia. “Es mi mejor forma de decirla que la amo y para que sepa el mundo sobre mis sentimientos”. Espera, algún día, hacer una composición en las laderas del Pichincha para que se pueda leer su mensaje desde varios puntos del norte de la Capital.Amor se escribe con letras grandes