El Presidente ha resuelto disminuir los sueldos de aquellos funcionarios públicos cuyas remuneraciones superen los 4 mil dólares mensuales.
Se ahorrará, según estimaciones del Poder Ejecutivo, un poco más de 20 millones de dólares al año. Aplaudo tan acertada decisión. Pero me salta una duda: para que se ahorren tantos millones de dólares en 365 días, o hay muchos burócratas, o las remuneraciones que reciben ciertos personajes del gobierno son elevadísimas. Si no, no se explica el monto que se ahorraría. En términos del Presidente, ha resuelto priorizar el gasto, y eso es positivo. ¡Otro aplauso!
Si se deseara que los vítores del pueblo sean ensordecedores, creería que aprovechando este momento de generosidad con él, la República y sus habitantes, debería también suprimir las extensas comitivas que le acompañan en sus periplos. El ahorro sería significativo. Por ejemplo, en su viaje a China a inicios de este año fueron 29 personas las que hicieron el tour, sin contar el personal de seguridad. ¿Cuánto le costó al Estado la visita a China de ese numeroso grupo de ecuatorianos? Si utilizaron alguno de los aviones presidenciales, ni me imagino el costo. Y los viáticos que recibieron, ¿serán unos miles de dólares? “Los viáticos y más gastos que demanden estos desplazamientos se cubrirán con cargo a los presupuestos de las Instituciones a las que pertenecen los integrantes de esta comitiva” (R.O. 428, enero 30 del 2015).
En un gesto de generosidad (y descanso para el pueblo pagador de impuestos), debería suprimir las sabatinas y las sesiones de gabinete itinerante, programas que demandan no solo costo de instalación, traslado de equipos, refrigerios y arriendo de sillas para los aplaudidores, sino viáticos de los funcionarios, bastantes por cierto, que le acompañan. Imagínese cuánto se evitaría pagar en alimentación, alojamiento y traslado de los jerarcas del gobierno, de los guardaespaldas y demás miembros de la seguridad de tan importantes e imprescindibles caballeros.
Tampoco se debería gastar en invitaciones zonzas como la del Presidente de Venezuela, ya que es un desprestigio para Ecuador que este personaje, nefasto para la democracia, los derechos humanos y para su pueblo acoquinado, visite nuestra Patria, y en especial a la señorial ciudad de Cuenca. El crecimiento desaforado del parque automotor del sector público debería frenarse. Más ahorro para las arcas fiscales, menos endeudamiento interno… pero esto último afectaría al ego de ciertos burócratas que se sienten importantes por los vehículos que tienen a su disposición.
En conclusión, aplaudo la medida de ajuste en los sueldos de esa masa grande de funcionarios públicos que ganan como jeques árabes. Si se aplicaran unas cuantas medidas más de ajuste en el abultado presupuesto nacional, recibiría aplausos de pie, como aquellos que se daban cuando se bajaba el telón en las obras humorísticas de Evaristo Corral y Chancleta… ¿sabrán de quién hablo?