El sexo continúa siendo un tema tabú en la sociedad de acuerdo con la hipótesis de 13 artistas cuencanos. Por ello, basaron la elaboración de sus obras de arte con este concepto.
Esas creaciones son expuestas en la planta baja de la Facultad de Ciencias de la Hospitalidad de la Universidad de Cuenca. Ese espacio se copó desde el miércoles pasado de esculturas de arcilla, papel, tejidos, chocolate.
El nombre de la exposición ‘Entre cerrado’ alude a cómo el ser humano suele observar por una ventana, puerta, cerradura las cosas a escondidas. Mientras que la expresión Tres segundos la comparan con la duración del orgasmo.
Según uno de los expositores, Juan Barros, este proyecto busca mostrar el lado erótico del ser humano sin caer en la pornografía.
Este trabajo conjunto también pretende dialogar con los asistentes sobre temas cotidianos como el afecto, relaciones sexuales, tentaciones, flagelaciones, entre otros. Todos somos de barro es la obra de Barros.
Él realizó figuras en arcilla que representa la cerámica precolombina erótica, que existe en los diferentes museos del país, pero que no son expuestas. Barros analiza cómo las diferentes culturas del Ecuador representaron el cuerpo humano. Pero por distintos tabúes se mantienen en reserva.
Otras obras pertenecen a Fanny Barros. Ella realizó una mujer voluptuosa, de piernas gruesas y de busto y glúteos predominantes. La artista, a través de esta cerámica, aborda el erotismo del cuerpo femenino gordo, porque en la prehistoria esa figura era relacionada con la fertilidad y belleza.
Las expresiones de una mujer también ocupan un lugar en esta muestra. De esto se encargó Boris Cabrera, quien realizó un busto, en el que plasma el rostro de placer de una mujer, cuando llega al clímax. Cabrera cuestiona esos condicionamientos, prejuicios y valores morales, con los que una mujer tiene que regirse de acuerdo con lo que la sociedad le juzga y muchas veces tiene que fingir.
Una de las obras más grandes, que ocupa la sala es la escultura Eros y Santa Teres, es la de Guido Calle. Él esculpió a una pareja con sus brazos abiertos en posición de éxtasis y crítica que la sexualidad, erotismo, sensualidad o la pornografía sean catalogadas como aberraciones pecaminosas