Washington, AFP
La candidata Sonia Sotomayor parece encaminada a ser ratificada como la primera juez de origen hispano en la Corte Suprema de Estados Unidos, al mostrar circunspección y serenidad en un maratónico interrogatorio en el Senado que proseguía hoy.
Las audiencias para estudiar a la candidata del presidente Barack Obama comenzaron el lunes y podrían prolongarse por varios días, ya que faltan más rondas de preguntas en la comisión judicial del Senado, que también interpelará a una treintena de testigos.
“Ciertamente, usted ha demostrado su compostura y paciencia y su extenso conocimiento judicial”, indicó el jefe de la comisión, senador demócrata Patrick Leahy, al inaugurar la audiencia de hoy.
Los demócratas tiene los 60 votos necesarios para impedir cualquier acción dilatoria de los republicanos y convertir a Sotomayor, juez federal de 55 años de una familia pobre puertorriqueña, en la primera de origen hispano y la tercera mujer en llegar al máximo tribunal estadounidense, garante de la Constitución.
Los demócratas han mostrado hasta ahora su satisfacción con las respuestas de Sotomayor. “La candidata ha sido franca. No ha recurrido a frases hechas (…) Si hay un examen al temperamento judicial, usted lo aprobó con la mejor nota”, dijo la senadora demócrata Dianne Feinstein.
Sotomayor ha debido responder a las más variadas preguntas, desde sus posiciones sobre temas divisivos como el aborto, la pena de muerte y el porte de armas, hasta aclarar una polémica declaración de 2001, cuando afirmó que una mujer latina podía tomar mejores decisiones que un hombre anglosajón.
Durante las audiencias, Sotomayor se ha conducido con compostura, algunas sonrisas y sin exasperarse, aún cuando ha sido atacada una y otra vez por los senadores republicanos, que han planteado dudas sobre su capacidad de ser imparcial.
La juez insistió este miércoles en que las palabras que usó en el discurso hace ocho años fueron equivocadas y que daban pie a malas interpretaciones.
“Es evidente por la atención que mis palabras han recibido y por la manera en que fueron entendidas por algunas personas, que mis palabras fueron decepcionantes. No funcionaron”, concedió.
“Las experiencias personales (…) me ayudan a escuchar y entender”, subrayó, acotando que sus posiciones privadas no impedirán que sea totalmente imparcial a la hora de fallar.
“Mi historial muestra que en ningún momento he dejado que mis posiciones personales o simpatías influencien el resultado de un caso”, afirmó el martes Sotomayor, cuando fue atacada una y otra vez por los senadores republicanos.
En cuanto al aborto y al porte de armas, sobre los que tiene la última palabra la Corte Suprema, Sotomayor dijo que el tribunal ya emitió fallos que los garantizan, y ella respeta esa jurisprudencia.
Pero advirtió que no se debe pronunciar sobre temas que podrían llegar a ser objeto de análisis por parte de la Corte Suprema.
“A menos de que usted sufra un colapso total, usted será confirmada”, admitió el lunes el senador republicano Lindsey Graham, recogiendo el sentimiento de sus pares correligionarios, que no quieren aparecer tan fieros frente a Sotomayor para no incidir en el clave electorado de origen hispano.