Jaime Ordóñez Pallares
Muy oportuna y contundente la Carta a la Dirección suscrita por el señor Édison Ruales (EL COMERCIO, septiembre 2, 2009) referente al señor que luego de haber sido Director de Aviación Civil fuera eliminado de varias líneas aéreas y de la promoción para ser capitán de nave, aunque en Ecuatoriana de Aviación, según manifiesta el autor de la carta, llegó a desempeñar esta función que pudo terminar en desgracia por haber perdido la ruta en un vuelo a Manaos, salvándose providencialmente debido a la intervención de un piloto de la compañía Varig.
Este señor ha sido nombrado funcionario de Corpac, organismo que administra el aeropuerto Mariscal Sucre y tiene a su cargo la construcción del nuevo en Tababela.
Los cargos públicos deben ser ocupados por personas idóneas que posean la debida preparación y conocimientos que estén acordes con la función para la que han sido designados.
El Gobierno prometió eliminar la mediocridad de funcionarios y empleados públicos y efectuar los nombramientos en base a la meritocracia, pero parece que en ciertos casos se los efectúa a base de la ‘la amigocracia’ o la ‘parientocracia’, como en el presente caso.