Redacción Política
Sus nombres aún figuran en la página web del Ministerio de Relaciones Exteriores. Por ejemplo, si se da un ‘clic’ en la embajada de Ecuador en Francia, aún aparece el nombre de Marco Erazo Bolaños como representante del país en esa nación europea.
Lo mismo ocurre en nueve embajadas más: Cuba, China, Corea, Uruguay, Santa Sede, El Salvador, Guatemala, Polonia y Venezuela. Esto, a pesar de que el miércoles pasado el Presidente de la República firmó los decretos para destituirlos de sus funciones.
Cuatro de ellos son funcionarios de carrera diplomática, por lo que deberán regresar a la Cancillería, donde se les adjudicarán otros cargos. Se trata de: Fernando Flores Macías (Polonia), Jorge Núñez Tamayo (Corea), Galo Larenas (El Salvador) y Roberto Ponce Alvarado (Guatemala).
En cambio, Universi Zambrano (Cuba), Fausto Cordovez (Santa Sede), Edmundo Vera (Uruguay), Marco Erazo (Francia), Washington Hagó (China) y el general (r) René Vargas Pazzos (Venezuela) respondían a cuotas políticas.
Aunque, según la Cancillería, estos son cambios rutinarios por la potestad que tiene el Primer Mandatario para realizarlos, el de Vargas Pazzos despierta una mayor inquietud por tres razones.
El ex general tiene una estrecha relación con el presidente Hugo Chávez, pues fue él quien sugirió a Correa su nominación. Por otro lado, su nombre ha sido mencionado, de manera reiterada, como una persona cercana a las FARC en Ecuador. Finalmente, su salida coincide con el paulatino restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Ecuador y Colombia. Cabe anotar que desde julio pasado Venezuela se ha distanciado diplomáticamente del Gobierno de Bogotá.
Este Diario se comunicó con Vargas Pazzos para obtener su versión, pero manifestó que “estaba ocupado” y que no podía responder en ese momento.
Al interior de la Cancillería no hay una explicación política de la salida de Vargas. Es decir, si Ecuador busca con ello darle un nuevo enfoque a su relación con Caracas que, desde el inicio del mandato de Correa, se ha caracterizado por su cercanía.
El embajador Luis Narváez, presidente de la Asociación de Funcionarios y Empleados del Servicio Exterior Ecuatoriano (Afese), explica que el cambio es una mecánica normal y que no existe un tiempo determinado de trabajo para los embajadores.
Además, señala el diplomático que con esta decisión el Régimen da una respuesta global a una necesidad de replantear los resultados del ejercicio exterior de la diplomacia ecuatoriana.
Aún no se conocen los nombres de quienes reemplazarán a los embajadores que regresan. El Ministerio de Relaciones Exteriores se guarda la reserva del caso. Esto se explica porque después de proponer a los nuevos jefes de misión, el Ecuador debe esperar el beneplácito respectivo de los países que los acogerán. Si no hay una respuesta en 30 días, se entenderá que es una negativa.
Sin embargo, este Diario pudo conocer que dentro de los nuevos nombramientos que Correa deberá efectuar, dentro de las seis embajadas que estuvieron representadas por su cuota política, seleccionará a funcionarios del servicio exterior. No se sabe de momento cuántos embajadores de carrera ocuparán estas plazas.
Sin embargo, este pudiera ser un indicador de que las prioridades del Gobierno, en materia diplomática, son una mayor profesionalización de las embajadas. Correa, de momento, tiene la libertad de usar una cuota diplomática sin restricciones.