Sara Serrano Albuja
El 5 de enero de 1792 apareció el primer periódico Primicias de la Cultura de Quito, escrito por el ilustre quiteño Eugenio de Santa Cruz y Espejo.
Fue un hito comunicacional orientado a elevar el nivel intelectual y la conciencia social de la época.
En sus páginas, ese brillante comunicador, médico e intelectual enalteció la crítica social y el derecho a expresarla libremente: “Considerad solamente que no es artífice de los males públicos quien los anuncia con el fin laudable de su remedio”.
Valiosas reflexiones contienen sus líneas, entre ellas un llamado a los quiteños a elevar su formación “… que el conocimiento propio es el origen de nuestra felicidad” .
Espejo se dirige a los educadores para que inculquen altos valores en los niños: “…anuncia al niño las delicias de la libertad, el placer virtuoso de socorrer al necesitado, la satisfacción y el consuelo de perdonar las injurias y hacer bien al enemigo”.
Convoca a todos, pluralista y democráticamente, a escribir: “Cualquier individuo de esta ciudad y este reino será admitido al orden de socio supernumerario con tal que contribuya con las luces de su talento”.
Espejo, maestro y precursor del 10 de Agosto de 1809, fue bautizado en la iglesia de El Sagrario en Quito, en 1747. Su lucidez se plasmó en escritos y ensayos mientras promovía la organización de sociedades intelectuales y científicas.
“Sed libres”. En consecuencia con la tradición libertaria de Quito, escribió pancartas clandestinas sobre las cruces de piedra de las iglesias.
En enero, su luz se hace más fuerte en nuestra memoria.