Redacción MantaLas crecientes de los ríos Carrizal, Chone, Mosquito, Garrapata y Grande, en el norte de Manabí, no solo causan inundaciones. El aumento del caudal de esos afluentes bastó para que las corrientes arrasen con todo tipo de material y vegetación que hallaron a su paso. Troncos de árboles, botellas de plástico y los lechuguines se han convertido en un problema en Bahía de Caráquez. El material se acumuló a lo largo de 2 km de la desembocadura del estuario del río Chone. Por esa razón, está afectada la margen derecha de la playa de Bahía de Caráquez. Allí se levantan edificios. Los lechuguines se reproducen en la represa La Esperanza, ubicada en la parte alta del cantón Bolívar. Consuelo Zambrano viaja desde el cantón Tosagua todos los fines de semana hasta Bahía. “Vamos para disfrutar de la playa, pero el último fin de semana no pudimos bañarnos, porque había mucha basura”.En esas plantas acuáticas también se esconden las culebras. Eso preocupa a los moradores. Ellos temen ser atacados, si se bañan en el río. Los propietarios de las lanchas también están intranquilos. José Alcívar, propietario de una embarcación, comenta que hace ocho días, desde que empezó a bajar gran cantidad de lechuguines, los motores de las naves se están dañando.Los pescadores artesanales reconocen que la navegabilidad por el estuario, en época de invierno, se complica. “Hay que avanzar con mucho cuidado, porque las plantas acuáticas son peligrosas”, señala Martín Cedeño, pescador de camarón de la zona. A más de los lechuguines, las corrientes de los ríos llevan al estuario grandes cantidades de tierra, ello forma una especie de islas. Los vecinos piden que se drague el estuario.