Imagen referencial. Mauricia Ibáñez dio a luz en febrero a dos bebés. Anteriormente, los servicios sociales españoles le habían quitado a una hija luego de detectar carencias en sus cuidados. Foto: EFE.
Tuvo su primera hija a los 58 años, pero poco después le retiraron su custodia por desamparo. Ahora, con 64 años e inhabilitada laboralmente por un trastorno mental, Mauricia Ibáñez sostiene en brazos a los dos bebés que alumbró en febrero de 2017 en España.
“Es cierto que soy mayor, pero no es menos cierto, y más importante todavía, que ha sido posible”, dijo la mujer a los medios desde el hospital en el que dio a luz en la ciudad española de Burgos, en la región de Castilla y León (norte).
El caso impactó en el país y levantó la polémica. No solo por la edad de esta sexagenaria, que logró ser madre gracias a un tratamiento de fertilidad en Estados Unidos, sino también por su historia.
“Mauricia tiene diagnosticado un trastorno paranoide“, informó a DPA Baudilio Fernández-Mardomingo, delegado en Burgos del Gobierno regional de Castilla y León, que ha seguido -y sigue- muy de cerca el caso de esta mujer, ex funcionaria del Ministerio de Exteriores.
Fue aproximadamente hace una década cuando Mauricia sintió la llamada de la maternidad tras una vida marcada por el trabajo y los viajes. Pese a que ya estaba incapacitada laboralmente por su enfermedad, decidió someterse a un tratamiento de fertilidad.
Según el diario El País de España, su hermana trató de impedirlo y recurrió a los tribunales para que la declararan en “estado de incapacidad total” y le retiraran el pasaporte. No lo consiguió. Mauricia tenía 58 años cuando nació Blanca, su primera hija. Tres años después, los servicios sociales detectaron carencias en el cuidado de la niña y el Gobierno regional de Castilla y León decidió retirar a la madre su custodia.
“Estaba sucia, no iba bien vestida y no estaba escolarizada“, justifica ahora Fernández-Mardomingo. Antes de dar ese paso, a Mauricia le habían ofrecido un programa de intervención familiar que incluía apoyo y seguimiento a la crianza de su hija, a cambio de que ella se sometiera a tratamiento médico. “No aceptó, así que con la opinión técnica de nuestros psicólogos y con la autorización del juez de menores, procedimos a retirarle la tutela”, señaló el delegado del Gobierno regional.
Fue un familiar residente en Canadá el que asumió la custodia de Blanca, que ahora tiene seis años y lleva dos fuera de España. Mauricia nunca lo entendió. “No hay justificación racional para que me quitaran a la niña”, sigue lamentando ahora.
Superados ya los 60 años, la mujer no se dio por vencida y siguió empeñada en aumentar la familia. Como en España no podía, viajó a Estados Unidos y volvió embarazada de gemelos. El 14 de febrero, dio a luz a Gabriel y a María de la Cruz en un hospital privado de Burgos.
“El nacimiento de los bebés ha tenido lugar a través de una cesárea programada. La paciente y los dos bebés, niño y niña, se encuentran en perfecto estado de salud”, informaba entonces la clínica, que hizo el seguimiento del embarazo y atendió el parto.
“Se trata de un caso excepcional (…) en España al ser una de las pocas mujeres que, tras superar la barrera de los 58 años, ha logrado llevar el embarazo gemelar a término”, añadió. Aunque no hay un límite de edad para someterse a tratamientos de fertilidad, los centros privados no suelen realizarlos por encima de los 50 años y en los públicos, la limitación es mayor.
La historia de Mauricia ha alimentado en el país el debate sobre la maternidad tardía:mientras unas voces destacan el “milagro” de dar a luz a los 64 años, otras lo consideran una irresponsabilidad.
Desde el Gobierno de Castilla y León insisten que la retirada de la custodia de la primera hija de la mujer no tuvo nada que ver con su edad. “Se constató que la niña no estaba bien atendida y la madre no se avino a iniciar el programa de intervención familiar que le propusimos”, señaló Fernández-Mardomingo.
En todo caso, tanto Mauricia como sus dos hijos estarán a partir de ahora en el foco de los servicios sociales y de la administración pública. En esta ocasión, la mujer sí aceptó tener ayuda para criar a sus hijos y someterse a tratamiento psiquiátrico.
“Tenemos una vigilancia estrecha sobre los bebés, en colaboración con los servicios sociales y con el juez de menores”, apuntó el delegado del Gobierno de Castilla y León. “Si viéramos que el bienestar y la calidad de vida de los niños no fuera posible, probablemente se iniciaría un proceso para quitarle la tutela otra vez”, añadió.
Mientras tanto, Mauricia quita importancia a su edad y evita hablar del futuro. “No pienso que yo me voy a morir, pienso en los niños”, dijo.”Un hombre de 65 años puede tener hijos perfectamente, pero lo que se cuestiona es que lo haga una mujer… ¿Por qué?”, reflexionaba en conversación con el diario El País.
Su gran objetivo es que su hija Blanca vuelva a casa cuanto antes, para lo que ha reclamado su custodia. Tras una vista judicial celebrada esta semana, el juez tendrá que decidir si se la devuelve.