Universidad de Cuenca regresó a la categoría A. Foto: EL COMERCIO
Con aplausos recibieron los docentes y autoridades de la Universidad de Cuenca la información de que este centro de educación superior regresó a la categoría A. Este miércoles 11 de mayo, el rector Pablo Vanegas los convocó para dar a conocer detalles de la recalificación.
A finales del 2013, las universidades de Cuenca y la del Azuay, que tienen las sedes en la capital azuaya, bajaron a la categoría B, tras la recategorización realizada a las 54 universidades del país por parte del Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces).
En esa evaluación, no es que la Universidad de Cuenca bajó su calidad de enseñanza, sino que no tuvo documentado múltiples procesos y eso de vio como una falencia, dijo el exrector, Fabián Carrasco. En eso y en todos los parámetros se cuidaron para presentarse a la nueva evaluación.
Según Vanegas, este centro alcanzó puntajes importantes en los indicadores de organización interna, evaluación docente, presupuesto, infraestructura, investigación, planificación, plan operativo anual. En el informe preliminar hubo observaciones y datos erróneos que no se ajustaban a la realidad.
Por ejemplo, la cifra de mujeres en las direcciones departamentales era inferior al que tienen y también los procesos de investigación realizados. Esas observaciones las justificamos con documentos y tras ser revisadas por el Ceaaces fueron revaloradas, explicó el Rector.
En esta Universidad laboran 900 docentes de los cuales 480 son titulares. La norma dice que cada universidad debe tener al menos el 60% de profesores a tiempo completo. A esto se suma las inversiones realizadas en ampliación y mejoramiento de infraestructuras del campus universitario.
Para Vanegas, con este ascenso de posición en el ranking, la Universidad de Cuenca vuelve a ubicarse entre las mejores del país y le otorga imagen y otras ventajas como el incremento del presupuesto del Estado. Pero le preocupa la próxima evaluación del 2017, que tendrá indicadores más exigentes.
El presupuesto anual de este centro es de USD 80 millones, de los cuales 55 millones se destinan a sueldos y salarios. El Estado adeuda transferencias desde noviembre del 2015, y por eso no aprueban algunos proyectos de investigación. “El Ministerio de Finanzas nos ofreció transferir USD 3 millones hasta la próxima semana”, dijo Vanegas.