El Vicepresidente de la República y las autoridades del sector petrolero del país acudieron a la inauguración de la rehabilitación de la refinería Esmeraldas. Foto: Paúl Rivas/ EL COMERCIO
La mayor planta refinadora del país produce desde ayer, 17 de diciembre del 2015, más gasolina, gas y diésel. El modelo aplicado en el área petrolera Auca podrá replicarse en otros campos.
Las autoridades oprimieron dos botones en el tablero y las sirenas comenzaron a sonar al mediodía de ayer en la refinería Esmeraldas. Así empezó el acto oficial que inauguraba una nueva etapa de esta planta, que ahora procesará 110 000 barriles diarios de petróleo.
La refinería Esmeraldas es la principal planta del país y comenzó a operar en 1977 con una capacidad de 55 000 barriles. En décadas subsiguientes tuvo dos ampliaciones y en el 2008 arrancó un proceso de rehabilitación que concluyó ayer.
Se reemplazaron tanques de almacenamiento, bombas, tuberías, así como el regenerador y el reactor de la unidad FCC, considerada el corazón de la refinería porque produce GLP, naftas de alto octanaje y diésel.
USD 800 millones era la inversión inicial para esta rehabilitación, pero la cuenta terminó en 1 200 millones considerando costos de fiscalización, programas de rehabilitación y obras de compensación.
Las principales autoridades del Gobierno se dieron cita en este evento, que empezó con una visita al chatarrero. Allá fueron el vicepresidente de la República, Jorge Glas, los ministros de Hidrocarburos, Carlos Pareja Yannuzzelli; de Sectores Estratégicos, Rafael Poveda; y los gerentes de Petroecuador, Álex Bravo, y de Petroamazonas, José Icaza.
Con 12 hectáreas de superficie, el chatarrero aloja 6 000 toneladas de hierros retorcidos, equipos y tuberías oxidadas y parchadas que formaban parte de la refinería antes de la rehabilitación. Entre ellos se destacaba el antiguo regenerador y el reactor, estructuras de acero de más de 200 toneladas y unos 20 metros de altura.
Al mediodía de ayer, acompañados de un intenso sol, los funcionarios también pasaron por un área de tratamiento de tierras contaminadas, donde se ha recuperado unos 22 0000 barriles de petróleo e hidrocarburos que se derramaron en las últimas décadas en la refinería. Este proceso de remediación seguirá hasta finales del 2016.
Los discursos oficiales se llevaron a cabo en la unidad FCC de la planta, considerada el corazón de la refinería porque ahí empieza el proceso de calentamiento del petróleo para producir el gasóleo, del cual se obtienen productos como gas licuado de petróleo, diésel y gasolinas de alto octanaje.
La estructura de la unidad FCC es una especie de tejido de tuberías y tanques de colores amarillos, verdes y grises donde se destacan 11 torres y chimeneas, de las cuales forman parte el nuevo reactor y el nuevo regenerador.
En una de esas torres colgaba ayer una bandera ecuatoriana y frente al corazón de la refinería se dispuso un panel de control donde se realizó el arranque simbólico de la planta, cuando Glas y Pareja presionaron dos botones verde y rojo.
Producto de la repotenciación, la refinería produce desde ayer
25 000 barriles adicionales de derivados, un 20% más de GLP y 15% más de naftas.
Esta mayor producción nacional de derivados significará unos USD 300 millones de ahorro para el país, debido a que se reducirá la importación de combustibles.
Glas dijo que ya se trabaja en un estudio para ampliar la planta aunque no dio más detalles.
Unos 7 000 obreros trabajaron en la temporada pico de la obra. Actualmente son unos 1 100 trabajadores.
Se seguiría el modelo Auca
El ministro de Sectores Estratégicos, Rafael Poveda, dijo que el modelo de contrato de servicios específicos con financiamiento, aplicado con la petrolera francesa Schlumberger en el área petrolera Auca, podrá replicarse en otros campos como Sacha o el ITT.
El lunes pasado, las autoridades de la estatal Petroamazonas firmaron un contrato con Schlumberger para que se hiciera cargo de Auca a cambio de invertir USD 4 900 millones durante 20 años y entregar USD 1 000 millones en los próximos días. La francesa recibirá una tarifa de USD 26 por cada barril extraído.
“El Estado se lleva la mayor rentabilidad, los ecuatorianos aprovechamos los recursos de mejor forma y las empresas tienen una utilidad razonable (…). Hay muchas empresas interesadas en este modelo. Para llegar a este modelo hemos hablado con muchas empresas, hemos visto varias opciones y en el caso de Auca la mejor opción fue Schlumberger.
En otros campos, tendremos otras opciones” dijo ayer Poveda al insistir en que tras la intervención, Auca podría subir en su producción de 65 000 a 85 000 barriles diarios hacia el 2018.
Pareja confirmó la iniciativa de replicar el modelo de Auca y señaló que ayer llegó una primera parte de los USD 1000 millones de Schlumberger.