La escritora guayaquileña Sonia Manzano presentó su nuevo libro de cuentos en la Casa de la Cultura, núcleo del Guayas. Foto: Santiago Arcos / EL COMERCIO
Sonia Manzano dice que está “pisando con pies de eterna adolescente las hojas de su propio otoño”, lo que le permite comprender lo que acontece en el interior de una mujer cuando se ve envejecer: los cambios visibles e invisibles, los que operan en su cuerpo y en su alma.
El más reciente libro de la escritora guayaquileña, ‘Trata de viejas’ (Eskeletra), aborda el tema de la vejez y -como ella misma lo describió-, tiene como protagonistas “a féminas premenopáusicas, menopáusicas y ‘postpostmenopáusicas’”.
En el volumen de 10 relatos, su segundo libro de cuentos tras ‘Flujo escarlata’ (1999), asoma la soledad como figura ineludible, pero hasta en las situaciones más extremas los textos apelan a un sentido humorístico, según explicó la también poeta y pianista.
En la presentación del libro la noche de este lunes (23 de febrero de 2015) el poeta Fernando Cazón Vera indicó que las historias están contadas en un estilo entre lo siniestro y lo sardónico, lo trágico y lo fantástico. “El humor negro facilita la asimilación del drama de estas amenas y a veces escalofriantes historias contadas con cierta picardía narrativa”, explicó Cazón en el auditorio Jorge Pérez Concha de la Casa de la Cultura, núcleo del Guayas.
La última pieza del volumen, que le presta el título al libro es un cuento largo, sobre el comercio y la explotación de mujeres ancianas. Narra el periplo de una mujer provinciana que llega a la gran ciudad en busca de sus sueños y termina ejerciendo la prostitución, pasando de la juventud y belleza al ocaso más doloroso.
En palabras de Cazón Vera se trata de un trágico y terrible proceso de vidas representadas unificadas al personaje del cuento, sometidas a una suerte de prostitución permanente que va desde el comercio carnal para el placer, hasta la prestación de su condición para la lástima y la mendicidad.
El detonante del libro surgió hace unos seis años cuando Sonia Manzano (Guayaquil, 1947) presenció una escena en el centro de Guayaquil, donde un explotador pasaba recogiendo en un auto a mujeres ancianas que se encontraban mendigando. “El comercio de ancianos es una actividad ilícita de la que explotadores sacan amplios réditos en la sombra de la clandestinidad y a veces a plena luz del día”, indicó la escritora.
El primer cuento, Luna de ópalo, narra la historia de una pareja, hombre y mujer, que se necesitan pero que no se aman con el deseo que impone la diferencia de sexo. Y esta suerte de paradoja se resuelve con la crueldad con la que se elimina la parte masculina de la pareja, “con una escena final digna de una pesadilla”, describió Cazón.
En Este té es para ti, titulo sutil “para disfrazar el escalofriante fondo”, el personaje arma de una a otra ventana la secuencia de un crimen al que se le permite darle una amarga solución.