Desde el 2013 no hay mejoras. Los niños de primaria mantienen bajo nivel de desempeño en lectura y comprensión lectora. Así lo establece el Estudio Regional Comparativo y Explicativo de la Unesco realizado en 2019 y presentado en noviembre del 2021.
Ecuador obtuvo 684 sobre 1 000 en séptimo de básica, calificación por debajo de la media regional que es de 699 e igual al desempeño de hace seis años. En el estudio participaron 13 434 niños de educación general básica.
Esta calificación significa que el estudiante al leer textos adecuados para su edad es capaz al menos de localizar información o relaciones presentadas. Además, realizar inferencias a partir de la información sugerida o destacada, dice el informe.
Stefanía Giannini, subdirectora de Educación de la Unesco, explica que la crisis educativa venía desde antes de la pandemia y, aunque no hay cifras actualizadas, cree que las clases virtuales ampliaron la brecha.
Este es uno de los múltiples retos que tiene el país para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible al 2030, apunta Giannini. “La crisis educativa requiere de estrategias más audaces, recursos económicos y una transformación integral”.
Los hermanos Sully y Dylan cursan el séptimo y octavo de básica, respectivamente, en una escuela rural al norte de Cuenca. Para su maestra María Gracia Ortiz, ellos deberían saber leer con fluidez, escribir correctamente y comprender textos.
Pero aún se les dificulta deletrear palabras poco comunes y entender contenidos. Ortiz dice que la lectura es un eje transversal de todas las materias y, por tanto, se debe reforzar la enseñanza en programas educativos.
Desde hace dos meses, esta maestra ayuda a Sully y Dylan con refuerzo escolar para nivelarlos. A ellos les enseña a leer con las pausas que imponen los signos de puntuación, asimilar la información, resumir ideas y explicarlas con sus propias palabras.
Estefanía Garzón es sicóloga-pedagoga y cree que el rezago en lectura no es un problema exclusivo de un grupo de niños, sino del sistema educativo del país. A esto suma los efectos de la migración y los trastornos de aprendizaje y emocionales.
Según su experiencia, lo más grave es la falta de maestros, los cambios constantes y la carga laboral. Ella atiende a niños de la zona rural, cuyos profesores de Lengua son los mismos rectores del plantel que han asumido la materia ante el vacío que existe.
Garzón dice que si hay carencia de docentes cómo se va a pretender que se mejore el aprendizaje.
Ecuador tiene un déficit de al menos 6 000 maestros en planteles públicos, por jubilaciones, renuncias y traslados. Cada año se amplía esta brecha porque aparecen nuevas necesidades y hace falta recursos.
El Ministerio de Educación ha ofrecido en el primer trimestre de 2022 cubrir una parte de ese déficit con el ingreso de 1 900 docentes. Además, frente a la crisis educativa por la pandemia dispuso que los profesores evalúen y nivelen a sus estudiantes.
A esto se suma la sobrecarga de trabajo de los docentes porque hay aulas con más de 30 estudiantes y en algunos casos con necesidades especiales (dislexia, autismo). “Avanzan rápido y no se preocupan de los niños que presentan problemas educativos”.
Por eso, recomienda invertir más en educación, bajar la carga laboral y mejorar los procesos desde el Ministerio de Educación. Los niños se inician en la lectura en el primer año de vida en sus hogares, con los juegos.
Luego, los padres son responsables de introducir este hábito a través de cuentos. De allí, el aprendizaje pasa a la escuela con la identificación y pronunciación correcta de vocales y consonantes (ver recuadros).
Pilar Jaramillo, sicóloga educativa, explica que aprender a leer y escribir no es fácil y el hecho de que los niños tengan dificultades no significa que sean flojos, sino que necesitan más tiempo, práctica o apoyo sicológico desde las instituciones educativas.
Ella señala que puede haber una inmadurez de las habilidades cognitivas para su edad, algún trastorno de aprendizaje o aspectos emocionales familiares que están afectando.
Los inconvenientes de lectoescritura se deberían detectar hasta tercero de básica, de lo contrario pasan los años con vacíos que repercutirán en el desempeño de todas las materias.
En estos casos, los profesores deben realizar un diagnóstico previo y remitir el caso al Departamento de Consejería Estudiantil para que el niño reciba un tratamiento especial.
Tips para padres
Los padres son los primeros sicólogos educativos. Ellos pueden identificar las dificultades de forma temprana y solicitar ayuda.
A partir de los dos años, se debe leer cuentos y dejar que los niños escojan los libros para crear el hábito por la lectura.
Incentive a los niños a que lean sus cuentos favoritos en voz alta y relean para aumentar la fluidez e interiorizar los datos.
Tips para maestros
Informe a las autoridades sobre los problemas o dificultades que tienen para transmitir los conocimientos a todos sus alumnos.
Prepare de manera continua herramientas pedagógicas para que en las aulas pueda desarrollar actividades y manejar los grupos.
Infórmese sobre los nuevos trastornos que presentan los niños para saber cómo actuar y brindarles el apoyo necesario.