Los estudiantes de la unidad educativa San Jacinto bailaron en el pregón con una representación kichwa. Fotos: Glenda Giacometti / EL COMERCIO
Los indígenas de las nacionalidades Kichwa, Achuar, Shuar, Andoas y Shiwiar compartieron actividades culturales, gastronómicas, deportivas y artísticas el fin de semana. Los 70 años de fundación organizativa de la comuna San Jacinto del Pindo fueron la ocasión para reunirse y festejar.
Los líderes de las 37 comunidades organizaron desfiles, ferias artesanales y gastronómicas, elección de la Ñusta Warmi, juegos ancestrales, partidos de fútbol, toma de la wayusa, el desfile cívico y la sesión solemne.
Los eventos se realizaron por las calles y el estadio central de la comunidad Putuimi, ubicada a 40 minutos de la capital de la provincia de Pastaza. A estos espacios asistieron grupos de familias, amigos, vecinos y comerciantes de Pastaza.
Según Lisandro Pirucha, presidente de San Jacinto del Pindo, los festejos se iniciaron con el pregón desde la comuna Rayo Urko hacía Putuimi. Las delegaciones de las cinco nacionalidades, estudiantes de la unidad educativa San Jacinto del Pindo y de la Prefectura de Pastaza participaron en el evento. Los alumnos y docentes representaron las danzas ancestrales y vestimenta autóctona del pueblo kichwa.
Una delegación de mujeres shuar recorrió con su tradicional vestimenta, lanzas y coronas. Además, lucieron sus rostros pintados con el wituk.
En el estadio de arena de Pituimi se desarrolló el encuentro de tambores de las comunidades. Los hombres mostraban sus coronas con plumas de aves exóticas.
El instrumento de percusión, elaborado con madera de cedro y piel de animal, colgaba desde el cuello de los indígenas. La danza del tambor consiste en hacer sonar el instrumento y girar en un círculo. Al momento de bailar al lado opuesto los hombres gritan.
Las mujeres de las 37 comunas entregaron chicha de yuca a los asistentes en el estadio Pituimi.
“Es una tradición ancestral donde las mujeres también son parte de la fiesta cuando bailan con su cabello suelto”, indica Pirucha. Mientras, un grupo de mujeres se encargaba de ofrecer chicha de yuca a los asistentes. La tradicional bebida es llevada en baldes y entregada en cuencos.
Andrea Santi, vecina de la comuna Amazanga, cuenta que su comunidad llevó 20 litros de chicha para los dos días de fiesta. El producto fue trasladado en camionetas. La yuca es uno de los productos que se dedican a sembrar los indígenas de San Jacinto del Pindo. Los organizadores tenían planificado que las 37 comunidades lleven 20 litros cada uno a la celebración. Al tubérculo se añaden la papa china, plátano, papaya y las plantas medicinales. Estos productos se mostraron en la feria artesanal y gastronómica en Putimi.
Arturo Dogua, habitante de la comuna Nueva Vida, explica que los emprendimientos turísticos y la cría de truchas son otras de las fuentes de financiamiento que tienen las familias de San Jacinto del Pindo. Los maitos, un pescado asado dentro de una hoja y el caldo de gallina criolla fueron los platos ofertados en la feria.
La comuna cuenta con 7 000 habitantes y ocupa una extensión de 17 000 hectáreas, en el suroccidente de los cantones de Mera y Pastaza.
“Los dirigentes están trabajando en un albergue en Pastaza para que los jóvenes que viven en las comunidades puedan permanecer allí y estudiar. La fiesta nos permite conocernos y compartir con los demás sin ninguna diferencia”, asegura Dogua.
Un grupo de alumnos de Comunicación social de la Universidad Central participaron en la festividad.
Los dirigentes de la Confeniae y otros líderes indígenas asistieron a la sesión solemne por los 70 años.
La comuna Santo Tomás es una de las más antiguas de Pastaza. Le siguen Canelos y Andoas.
Isabela Grefa, representante de la comunidad Nuevo Mundo, es la nueva reina de Santa Jacinto del Pindo.