Los estudiantes aprenden el idioma nativo tsáchila a través de la música y las leyendas. Foto: Juan Carlos Pérez / EL COMERCIO
Las marimbas y juegos didácticos son las herramientas principales para que los docentes de las escuelas de educación intercultural bilingüe enseñen la lengua materna de los tsáchilas: el tsa’fiki. Lo hacen a través de la campaña Guardianes de la Lengua, que se ejecuta a escala nacional desde este año.
Según la directora zonal de educación intercultural bilingüe, Dora Aguavil, el programa es un modelo educativo que busca rescatar, revalorizar y mantener las lenguas, los conocimientos y los saberes ancestrales de las nacionalidades y pueblos indígenas que hay en Ecuador. “En la provincia se hace referencia a las nacionalidades Tsáchila, Chachi y Kichwa”, explica la funcionaria.
En Santo Domingo de los Tsáchilas, el programa se realiza a en 11 escuelas. Una de estas es la Escuela Tomás Rivadeneira. Los niños interpretaron en tsa’fiki una leyenda sobre un animal salvaje que vivía en el bosque y quería exterminar a los tsáchilas. Los nativos se unieron con los mestizos y lograron derrotar a la bestia.
Según el docente Alfredo Galarza, esa metodología tiene doble beneficio porque además de practicar el idioma y conocer nuevas palabras, también aprenden sobre las leyendas y tradiciones de la oralidad del pueblo tsáchila.
En la Escuela Abraham Calazacón, de la comuna Colorados del Búa, desde este año lectivo no se imparte el tsa’fiki como una materia. Los docentes optaron por incluirla en todas las asignaturas.
Es decir, cuando se estudian las partes del cuerpo en ciencias naturales, se les enseña en español y en el idioma nativo. Lo hacen a través de canciones para que sea más fácil aprenderlas. “Nos ponemos de pie y mientras cantamos mishu (cabeza), panchi (hombro), boite (pierna), nede (pie) nos tocamos esa parte del cuerpo”, señaló la docente Rosa Guayasamín.
Con el programa Guardianes de la Lengua se busca que los estudiantes aprendan gradualmente el idioma nativo. Por ejemplo, los niños de Inicial deberán aprender al menos el 75% de la lengua materna. Mientras los alumnos de décimo año tendrán en su malla curricular el 50% con el idioma nativo. Además, deberán aprender inglés y castellano.
Pero Aguavil asegura que el éxito del programa no solo recaerá en 56 docentes de educación intercultural bilingüe sino también en las familias. Ahí se debe practicar el idioma y también las tradiciones.
Para Fernando Calazacón, de la comuna El Poste, las ocupaciones diarias han hecho que en los hogares el idioma español y el tsa’fiki se unifiquen. “Mis hijos conocen las palabras, pero a la hora de tener una conversación hablan en las dos lenguas”, contó.
Por eso, en las escuelas se realizan actividades artísticas y culturales que también involucran a los padres de familia. En noviembre, por ejemplo, se realizó un evento llamado Programa de Transformación y Fortalecimiento del Sistema de Educación Intercultural.
Ahí, los padres de los estudiantes usaron la ropa típica y bailaron al ritmo de la marimba. También, los padres relataron leyendas de sus ancestros y cocinaron comida tradicional. Este programa se realizará a escala nacional.