Nelly Janeth empezó a cantar cuando tenía 8 años; lo hacía para llevar dinero a su casa. Glenda Giacometti /El Comercio
En las comunidades indígenas de Chimborazo, Nelly Janeth Aucancela nunca pasa inadvertida. Cuando la gente la mira llegar le piden fotografías, autógrafos y la invitan a comer, como si se tratase de un familiar a quien no se ha visto en mucho tiempo.
Ella es una de las cantantes indígenas con mayor aceptación en las comunidades y parroquias de la Sierra centro y norte del país. Sus canciones, algunas escritas en kichwa, hablan sobre la vida cotidiana, las aventuras y desventuras de la gente indígena en el campo y en la ciudad. El amor y el desamor, lo que ocurre en torno a las fiestas populares y las ferias, el trabajo en las chacras, las despedidas a causa de la migración son los temas que predominan en sus letras. Su repertorio incluye 20 canciones que se promocionan a través de su canal
en YouTube.
Video: YouTube, canal: 5pafilm
“Yo le canto a la gente de mi pueblo. Mis experiencias personales, lo que me cuentan mis amigas sobre sus vivencias amorosas y lo que he visto desde niña me inspira a escribir”, cuenta la joven de 25 años. Ella empezó a cantar a los 8 años junto a su padre Víctor Aucancela y su hermana Esthela. En esa época, sus escenarios eran las plazas, mercados y parques concurridos de Riobamba.
Su familia pasaba por una situación económica difícil y el canto era el único medio para conseguir ingresos. Su rutina empezaba temprano; debía tomar varios buses para llegar a la ciudad y su suerte dependía de la voluntad de la gente que se agrupaba en su círculo para escucharle cantar.
Y cuando no estaba cantando en los sitios públicos, se dedicaba a grabar su música de forma casera para luego vender los casetes. Su casa, ubicada en el centro de Cebadas, una parroquia de Guamote, se había convertido en una especie de estudio improvisado que solo contaba con una grabadora y un micrófono. “Eran tiempos difíciles. Todos teníamos que trabajar para ayudar de alguna manera a la casa, yo no veía el canto como un ‘hobby’ sino como un trabajo duro como todos los demás”, cuenta Nelly.
Seis años después ya era una artista reconocida y sus casetes caseros se vendían en los mercados. Eso la motivó a grabar su primer disco en un estudio profesional, pero no tuvo suerte. La deuda que adquirió con la disquera fue alta y no pudo recuperar su inversión.
Su éxito llegó con su segundo disco, que bautizó con su nombre artístico, Nelly Janeth. Los seis temas que se incluyeron en su disco se convirtieron en los más sonados de las estaciones radiales indígenas en Chimborazo, Tungurahua y Cañar. “Yo sabía que ella tenía un gran talento, tenía que trascender y triunfar porque se lo merece, por eso decidí apoyarla”, cuenta su padre, Víctor Aucancela.
Él escribe algunas de las canciones para su hija y también se desempeña como su mánager. Aucancela también se inició en el canto, a los 18 años, para obtener ingresos económicos para su hogar. “Yo cantaba cuando volvía cansado del trabajo en el campo, soñaba con que la gente escuchara mi música. Nunca me imaginé que viviría ese sueño con mi hija. Ella pasó de los mercados a los grandes escenarios”, dice orgulloso el padre de Nelly Janeth.
Video: YouTube, canal: America Music
Gran parte del éxito de la cantante chimboracense se debe a la promoción de sus videos en YouTube; algunos tienen más de medio millón de visitas. Los migrantes indígenas residentes en otros países como Venezuela, la miraban a través de Internet y se convirtieron en sus primeros fanáticos.
Gracias a ellos logró en el 2013 su primera presentación internacional. Ahora prepara el lanzamiento de otras dos canciones, que se colgarán en su canal de YouTube en diciembre, también aspira participar en una gira nacional.