Jóvenes de la localidad de Orissare, en Estonia, trabajan en la producción del corto animado. Foto: cortesía Living Legends
Parte de la memoria oral de distintas comunidades en cuatro países de América Latina y Europa sobrevivirá a la fragilidad del tiempo y del olvido, preservada en 42 cortometrajes animados.
Ese es el resultado Living Legends Memoria en Movimiento, un proyecto internacional, intergeneracional e intercultural, creado como un espacio que permita la recuperación de historias transmitidas tradicionalmente en forma de relatos orales y su conservación en un formato audiovisual.
Durante 10 meses, un equipo integrado por 12 cineastas y gestores culturales realizó una gira que empezó en enero en Ecuador y siguió por Colombia y Estonia, hasta finalizar en octubre en Alemania.
El proyecto pretende que los miembros de cada una de las 11 comunidades visitadas participen en la búsqueda, construcción y producción de sus propias historias.
Para eso se desarrollaron talleres dirigidos a jóvenes, con charlas sobre el proceso de recopilación y escritura de historias y técnicas de animación y edición en stop motion.
El proceso favoreció la apertura de un espacio real de reencuentro e intercambio entre las viejas y nuevas generaciones, donde además se logró reproducir la tradición del relato oral. Al final de cada taller, se proyectaban los videos para la comunidad. El siguiente paso es la publicación en la página web del proyecto.
Internamente, el equipo que lideraba el proyecto también enfrentaba sus propios retos. Julia Silva, de La Cinta Corta (Ecuador), explica que la convivencia, las diferencias culturales, las barreras idiomáticas e incluso el clima y la comida se convirtieron en obstáculos que se fueron superando en el camino, mediante acuerdos, normas y la distribución de tareas en los espacios de trabajo y de convivencia.
Al final del recorrido, una visión en conjunto de los videos realizados permitió establecer puntos de encuentro entre la estética y la narrativa, pero también las particularidades de cada historia, a partir del origen de sus personajes, los colores, texturas y materiales utilizados en la animación, así como los contextos sociales, culturales y geográficos en los que se desarrollaban.
Héroes, villanos y un sinnúmero de seres fantásticos habitan las historias, algunas de las cuales se desarrollan a orillas del mar o en la selva y otras entre bosques y cordilleras.
Silva explica que, a través de los videos, también se pueden conocer ciertos rasgos culturales en los que se asienta la identidad de cada comunidad, como la relación del hombre con la naturaleza, la tradición musical, los saberes ancestrales, el uso de ciertos dialectos o la mitología moderna.
Al final de la gira, el equipo se reunió para sistematizar los conocimientos adquiridos, así como la metodología y los procesos, para crear un manual. Este documento será publicado en la página web y tendrá un acceso gratuito, con la intención de que otros gestores culturales puedan replicar la experiencia en cualquier parte del mundo.
Mientras el equipo busca la forma de financiar la creación del manual, el proyecto ya empezó a replicarse en Berlín, y el próximo año se extenderá a Quito y a Santiago de Chile.
La idea, dice Silva, es llenar el mapa mundial con historias de la tradición oral, convertidas en patrimonio cultural.