El Premio Nobel de Literatura J. M. Coetzee (segundo desde la izquierda) fue parte de la FIL de Guayaquil 2016. Foto: Archivo
El interés de las autoridades locales de aprobar la Ley Orgánica de Cultura activó el debate de los gremios de artistas y gestores culturales en el país. Durante todo el año se celebraron charlas, conversatorios y ponencias donde cada sector intentó que la gente conozca sus demandas y propuestas.
Uno de los encuentros más recordados fue el foro que se realizó el 21 de junio en el auditorio de la Flacso. En el evento participaron Ana Rodríguez, exministra de Cultura y Patrimonio; Juan Martín Cueva, actual viceministro de esta cartera de Estado, y Raúl Abad, presidente de la mesa de la Comisión de Educación y Cultura de la Asamblea Nacional.
La polémica de esa noche la marcó Abad, quien abandonó la sala antes de que terminara el foro. En medio de chiflidos y del pedido de los asistentes para que se quedara a debatir, Abad subrayó que solo fue invitado para dar a conocer el estado de la propuesta de ley.
Los gremios artistas y gestores culturales han reconocido que si bien en la ley no se ven reflejadas todas sus demandas el proceso para que sea aprobada (actualmente la Asamblea tramita el veto parcial que mandó el presidente Rafael Correa) les ha permitido crear espacios de diálogo fuera de la instituciones de gobierno.
Otro de los ámbitos que se activaron en el mundo de la cultura local fue el del arte contemporáneo. En Quito se montó ‘Atopía’, una muestra que estuvo abierta en el Centro Cultural Metropolitano, en la que se presentaron 28 obras de colección Thyssen-Bornemisza Art Contemporary (TBA21), de Viena, Austria.
La colección es parte de la fundación creada por Francesca Von Habsburg, en el 2002. Valentina Gutiérrez Turbay, una de las curadoras de la muestra, mencionó que las obras de esta exposición hablan de las relaciones con las estructuras de poder”.
En la muestra participaron artistas de la región como Los Carpinteros, de Cuba; Álex Rodríguez, de Colombia; Paúl Rosero, de Ecuador; Rivane Neuenschwander y Jonathas de Andrade, de Brasil; y Mario García-Torres, de México. A ellos se sumaron artistas de otras latitudes como Allora & Calzadilla, Taysir Batniji, John Bock, Monica Bonvicini, Abraham Cruzvillegas, Allan Sekula y Do Ho Suh.
Una cita que se consolidó este año y demostró lo que se puede hacer con buena organización y gestión cultural es la Feria Internacional del Libro de Guayaquil que tuvo como directora a la académica y crítica literaria Cecilia Ansaldo.
J. M. Coetzee, premio Nobel de Literatura del 2003, convocó a cientos de personas el pasado 7 de septiembre. El escritor sudafricano, la figura principal de la FIL, dio una charla magistral en la que presentó un alegato contra la censura. Un discurso que tenía como base su experiencia personal bajo el régimen que impuso la segregación racial en su país.
Con solo dos ediciones, la FIL de Guayaquil, ha logrado armar carteles de escritores potentes de distintas latitudes. Para el próximo año, el reto de este evento literario es incrementar el número de visitantes que este año llegó a 25 000 personas, 3 000 más que la primera edición (2015).