En este año hubo conectividad de 7 Gbps para los 3 000 campuseros asistentes. Ellos pudieron optar por 260 horas de contenidos académicos. Foto: EL COMERCIO
Durante su ponencia en Campus Party Ecuador 2015, Pau Garcia-Milà puso sobre la mesa uno de los elementos más caóticos y vertiginosos de la realidad tecnológica contemporánea: por cada recién nacido se fabrican en promedio cuatro teléfonos. Un indicador de que en la actualidad no se puede vivir alejado de la tecnología. Es por ello que espacios como este se justifican en tanto que urge desarrollar intensa y continuamente nuevas tecnologías que respondan a la necesidades inmediatas de los usuarios.
En estos días, Cemexpo sirvió como aquel caldo de cultivo donde los proyectos afloran. Aunque muchos de los visitantes que no son nativo-digitales no comprenden a cabalidad el concepto de que una persona pase cuatro días sentada frente a un computador, lo cierto es que son esos campuseros, que pasan abstraídos en sus mundos, quienes reavivan el concepto del anacoreta.
Es que son precisamente eso: personas que se entregan en solitario a la contemplación. Y observan la posibilidad de crear algo nuevo, algo distinto. Tal como lo hace Inti Condo, por ejemplo, un investigador que en estos días presentó una cápsula para hibernación. O al igual que Pablo Rosero, quien -a través del estudio Lut- quiere cambiar la manera de hacer espectáculos visuales.
Eso es lo que se ha podido veren el Campus, gente con las ganas de innovar. ¿Van por buen camino? Pues la respuesta se la dará con el tiempo; porque, como han expuesto varios ponentes magistrales de estos días, la cuestión es pensar de una manera distinta.
Impulso a la impresión 3 D
Carlos Varela mostró los muñecos que él imprime. Foto: EL COMERCIO
El Campus Party de este año se convirtió en una vitrina para la impresión 3D. Figura de acción, piezas maquinaria y accesorios de formas complejas fueron algunos de los objetos expuestos por marcas que se disputan un espacio en el mercado ecuatoriano.
Para los visitantes, esta fue una oportunidad para conocer los beneficios de este tipo de impresión en las distintas áreas de la industria.
Paralelamente, la de calidad 3D se posicionó como una vía para un nuevo tipo de coleccionismo.
El Campus Party de este año se convirtió en una vitrina para la impresión 3D. Figura de acción, piezas maquinaria y accesorios de formas complejas fueron algunos de los objetos expuestos por marcas que se disputan un espacio en el mercado ecuatoriano.
Para los visitantes, esta fue una oportunidad para conocer los beneficios de este tipo de impresión en las distintas áreas de la industria.
Paralelamente, la de calidad 3D se posicionó como una vía para un nuevo tipo de coleccionismo.
La fascinación por los drones
Estudiantes de la USFQ mostraron unos drones. Foto: EL COMERCIO
Una de las características fue la masiva convocatoria que tuvieron los drones y quienes saben pilotearlos como expertos.
Mientras que en el stand de Petroecuador abrió un espacio dedicado exclusivamente a la construcción y desarrollo de estos artefactos, otros espacios como la Universidad San Francisco de Quito mostró las nuevas formas de fabricar un dispositivo como este.
Además, los campuseros también permitieron que el público conociera sobre la ingeniería detrás de sus diseños.
La presencia universitaria
La Universidad Indoamérica presentó sus proyectos. Foto: EL COMERCIO
Escuelas de robótica, ingeniería, diseño, ilustración, agronomía, física. En fin, toda clase de facultades universitarias confluyeron en el espacio del Campus.
Esta fue una riqueza sobre todo para los estudiantes de colegios, quienes lograron interactuar con gente que apenas eran unos años más viejos que ellos pero que ya se encuentran desarrollando nuevas tecnologías o proyectos científicos.
Igualmente, ellos tuvieron la oportunidad para captar la atención de posibles patrocinadores.
2 000 bautizos digitales
Funcionaron varias salas de capacitación. Foto: EL COMERCIO
Cerca de 2 000 personas recibieron capacitaciones en distintas áreas de las tecnologías de la información y de la comunicación.
Desde cómo realizar una llamada por Skype hasta aprender programación básica, la cuestión en este año era dar un giro al pensamiento de estas personas para que se asuman como usuarios. Con ello se busca que el lenguaje de las TIC se convierta en algo común y accesible para ellos y sus familiares.
De jueves a sábado se dieron cursos entre las 08:00 a 17:00.