‘Espíritu de Red’, la historia de colecciones y museos locales

Algunos objetos de la Amazonía formaron parte de colecciones privadas y públicas desde el siglo XIX. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

Algunos objetos de la Amazonía formaron parte de colecciones privadas y públicas desde el siglo XIX. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

Algunos objetos de la Amazonía formaron parte de colecciones privadas y públicas desde el siglo XIX. Foto: Armando Prado/ EL COMERCIO.

En el siglo XIX, la colección de objetos y la apertura de museos se convirtieron en las formas más populares para la validación del conocimiento. Lo que no era exhibido, de forma particular o pública, simplemente no existía.

Con ‘Espíritu de Red, Intelectuales, Museos y Colecciones 1850-1930’ la muestra que se exhibe desde mañana (29 de abril de 2017) en el Centro de Cultural Metropolitano, se busca contar la historia de estas dinámicas desde las experiencias locales.

“En el país, el coleccionismo se convirtió en una práctica habitual desde inicios del siglo XIX y estuvo vinculado a la aparición de disciplinas científicas como la botánica, la vulcanología y la zoología”, dice María Elena Bedoya, una de las curadoras de esta exhibición.

Bedoya también es la directora de Museística en Transparencias, Redes, Intelectuales, Ciencia y Arte en Ecuador 1850-1950, investigación de la que es parte esta muestra y que tiene el apoyo de la Universidad Católica.

A mediados del siglo XIX, las redes que se tejían en torno al coleccionismo eran trasatlánticas. El intercambio de objetos se daba entre los científicos que llegaban de Europa y los estudiosos locales. Las prioridades estaban dadas por los requerimientos de los museos europeos.

Una de esas relaciones, que se cuenta en esta exposición, es la que surgió entre Juan Agustín Guerrero, caricaturista, músico y político local y Marcos Jiménez de la Espada, miembro de la Comisión Científica del Pacífico, a través de los cantos indígenas.

Las curadoras de ‘Espíritu de Red’, entre las que también están Elisa Sevilla y María Pía Vera, pensaron que dentro de esta exhibición también era importante contar cómo el coleccionismo, a finales del siglo XIX, se convierte en una nueva forma de pedagogía.

En una de las salas, por ejemplo, se muestra cómo las plantas eran nombradas y quienes eran las personas que tenían la autoridad para hacerlo. Aparecen los nombres de Teodoro Wolf, Luis Sodiro y Federico González Suárez.

"Para finales del siglo XIX -cuenta Bedoya- el coleccionismo se orienta más al ámbito público por la necesidad que tenían las autoridades de consolidar la idea de lo nacional”. En el país se propone consolidar la idea de un Museo Nacional, una institución que hasta la actualidad ha existido de manera intermitente.

Para contar la historia de los museos en el país se incluye una línea de tiempo que recorre las cuatro salas de la muestra. En este recorrido hay hitos como el de la creación del primer proyecto de Museo Nacional, en 1839 y la desaparición del Museo de la Universidad Central, 100 años después, a causa de un incendio.

"La historia de los museos que estamos contando se inicia y termina en este espacio (el edificio donde funciona actualmente el Centro Cultural Metropolitano)”.

La consolidación de lo nacional encontró en la exposición Histórico Americana de Madrid de 1892 y su similar en Chicago, en 1893 su mejor vitrina.En estos eventos el país participó con objetos y productos como el cacao, el ishpingo, los sombreros de paja toquilla, la geografía de Wolf y el atlas de González Suárez.

En las últimas salas de la muestra se cuenta cómo se armaron redes alrededor de disciplinas humanísticas como la literatura, la historia y la antropología y entre científicos como González Suárez, Jacinto Jijón y Caamaño, Carlos Larrea y José Gabriel Navarro.

Como parte de las actividades complementarias a la muestra el sábado se realizará un programa educativo desde las 11:00 hasta las 16:00.

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