‘Guerra en el planeta de los simios’ cierra una intensa trilogía.
Entre el entretenimiento y la provocación, el director Matt Reeves ha encontrado el balance justo en ‘La guerra del planeta de los simios’, la película que cierra la trilogía de esta renovada y distópica saga , basada en la novela francesa de Pierre Boulle.
Narrativamente ha pasado una década desde que un grupo de simios cruzó el puente que separaba lo salvaje de lo civilizado, cuando fruto de un experimento César adquiere la capacidad de hablar y lidera una rebelión contra los humanos.
Un hecho que amenazaba la supremacía del hombre como especie dominante, provocando miedo y una desmedida reacción que devino en la confrontación de ambas especies, en una segunda entrega.
Pero ahora, cuando un devastador virus avanza sin control, un hombre llamado El Coronel está dispuesto a todo para acabar con los primates y sobrevivir, aunque eso signifique ponerse en contra de su propia especie. El conflicto ha escalado en una guerra, donde las bajas ponen en duda los ideales y alimentan resentimientos en ambos bandos.
Reeves adopta el cine bélico como referencia visual para construir una atmósfera oscura y tensa, así como para hilar un argumento con una fuerte carga simbólica. Stanley Kubrick, Oliver Stone, Francis Ford Coppola van apareciendo paulatinamente en cascos marcados como “asesino de monos”, en claustrofóbicas trincheras en la espesura de un bosque, en la crueldad descargada sobre los muertos y prisioneros de guerra.
Pero, además, el director se arriesga a hurgar en la conciencia de los personajes, en la ira, la venganza y la aversión por el otro que resulta extraño y diferente.
Emociones e instintos primarios que se traducen en el trabajo de Andy Serkis (César) y Woody Harrelson (El Coronel) como los rostros más visibles del conflicto. Personajes que, con pocos diálogos y una brillante interpretación, luchan por defender una causa colectiva, pero que en cierto momento también se dejan llevar por sus demonios personales.
Entre líneas queda la construcción de un muro para separar a humanos y simios, el regocijo del hombre por aniquilar a alguien de su misma especie, la nobleza del animal y la barbarie del hombre. Un drama bélico balanceado con emocionantes momentos de acción, que ofrecen un meritorio cierre a esta trilogía.