Courtney Grimshaw compitió con su hermana para ver quién de las dos perdía más peso y llegó a ser anoréxica. Foto: Facebook Courtney Grimshaw
Courtney Grimsahw tenía solamente 12 años cuando su hermana Rebecca, de 14, le dijo que era gorda y que debía adelgazar. Así iniciaron un competencia para determinar quién bajaba más de peso que puso en peligro la vida de Courtney.
La menor, que ahora tiene 24 años, pesaba 60 kilogramos en aquella época. Su hermana Rebecca era la más popular de la escuela de California a la que asistían y Courtney quería ser como ella. Entonces, empezaron una estricta dieta que consistía solamente en pan y cereal, según relataron al Diario británico The Mirror.
En un inicio, las hermanas consumían cerca de 350 calorías por día y además jugaban tenis seis horas seguidas. Adolescentes sedentarias entre 13 y 18 años necesitan alrededor de 1 600 y 1 800 calorías diarias, según las Directrices Dietéticas del Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
Courtney, que al principio quería adelgazar solamente dos kilos, llegó a perder más de 20 en el primer año de dieta. Pero eso no era suficiente para ella, pues seguía sin sentirse bonita: “Cuando me miraba al espejo solo podía ver grasa. Mi cuerpo me disgustaba”, dijo al diario británico.
Su hermana Rebecca se dio cuenta de que su desafío se estaba convirtiendo en algo peligroso y dejó la dieta, sin embargo, Courtney continuó. A los 15 años, empezó a perder el cabello y lucía esquelética. A los 16, pesaba solamente 30 kilogramos y se enfermó gravemente.
Las autoridades del colegio advirtieron a los padres de las hermanas sobre la situación de Courtney. “Mis papás no sabían lo que pasaba porque casi no compartíamos tiempo como familia”, contó la chica a The Mirror. Entonces, a Courtney le asignaron un doctor y una nutricionista.
Pero no todo estaba solucionado. La autoestima de Courtney seguía siendo muy baja. Para poder lidiar con ella inició a consumir alcohol. Estuvo a punto de perder la vida en un accidente de tránsito por conducir en estado etílico. A los 17 años, sus padres tuvieron que enviarla a un centro de rehabilitación en el que se recuperó lentamente.
Ahora, Courtney tiene un peso saludable y ha dejado a un lado el alcohol. Su hermana mayor la ayudó durante su etapa de recuperación y por eso ahora son “más unidas que nunca”, dicen a The Mirror. Rebecca, por su parte, lamenta que una competencia haya acabado de esta manera: “me sigo culpando por lo que le pasó a mi hermana. Cuando era chica era una caprichosa y no me dí cuenta del efecto que tenían sobre ella mis palabras”.