La temática sobre la familia es atemporal; es por esto que una variedad de series y películas han tomado este tema como foco. Por ejemplo, los programas estadounidenses ‘Malcolm’ y ‘Matrimonio con hijos’ retrataban en la TV las disfuncionalidades de las familias.
La televisión ecuatoriana, desde hace décadas, se ha centrado también en la familia como eje para la comedia. Los defectos del núcleo familiar son usados en los guiones para provocar risa. Inevitablemente, se generan estereotipos en las representaciones de la familia ecuatoriana. Las caracterizaciones son distintas, de acuerdo -entre otros factores- con la época y el origen.
A finales de los 80, apareció en la pantalla chica nacional ‘Mis adorables entenados’. El programa contaba la historia de los hermanos Vera, hijos del mismo padre pero de distintas madres; y su convivencia con su madrastra Lupita. La caracterización ‘distinta’ fue también de la mano con otros rasgos de la familia, como sus ingresos. Los hermanos Vera pertenecían al Guayaquil de estrato social bajo.
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El grupo La Mueca era la base del elenco de ‘Mis adorables ¬entenados’. Fotos: cortesía Ecuavisa y archivo / EL COMERCIO
Luego, a inicios de los 90, ‘Dejémonos de vainas’ se proyectó como una representación de una familia de clase media de la Sierra. El dramaturgo Cristian Cortez explica que era una caracterización que tuvo acogida en esa región, por la identificación. Pero en ambos casos el fin era el mismo: hacer reír.
Cortez asegura que desde los orígenes de Occidente, en Grecia, la comedia buscaba representar los defectos de la sociedad; y qué mejor manera que a través del núcleo familiar. Así, hablar sobre las familias sigue en vigencia. Esto se refleja en la producción actual.
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El elenco completo de la serie ‘Dejemonos de Vainas’. Decada del 90. Foto: Archivo
Tal es el caso de la nueva serie ‘3 familias’, que se transmite en Ecuavisa desde este mes. El programa cuenta la historia de tres familias de clases sociales distintas -baja, media y alta- que enfrentan situaciones similares desde sus contextos.
El director de la serie, Marcos Espín, dice que se busca revelar situaciones comparativas entre los estratos y quiere, además, que el público ecuatoriano se sienta identificado. “El fin es generar una identidad humorística con el espectador”.
Sin embargo, para el sociólogo guayaquileño Carlos Tutivén, la serie no representa a las familias ecuatorianas, sino a las guayaquileñas. El humor y el lenguaje utilizados, afirma, son muy localistas. Él plantea también que las series locales siguen propiciando estereotipos. Uno de ellos es el de la familia de clase alta, donde la mujer es rubia e “incapaz intelectualmente”, mientras que el marido es un empresario exitoso. Dice que se plantea que todas las mujeres de clase alta tienen esos estándares, a la vez que se da por entendido que los hombres empresarios buscan siempre ese tipo de mujeres.
Así también, la familia de clase baja se presenta en la nueva serie como conformada por personas que viven quebrantando la ley: roban agua, roban luz, entre otras cosas. La familia que menos sufre caracterizaciones o generalizaciones, para Tutivén, es la de clase media, que se presenta como luchadora y sus miembros como “buenos ciudadanos”.
Para Espín, este tipo de representaciones son normales en la comedia. “Nosotros caricaturizamos, hay exageración en los personajes, lo que podría generar estereotipos, pero es ficción”. Mas el debate se abre: ¿Las audiencias que se entretienen de los estereotipos están conscientes de que lo son?.
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Los ‘Tomalá Cabezas’ interpretados por Martín Calle y Cecilia Cascante. Foto: Cortesía Ecuavisa
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Los Vaca Galindo, caracterizados por Erika Vélez y Christhian Maquilón. Foto: Cortesía Ecuavisa