Durante tres horas de música en vivo, Paul McCartney provocó el delirio en las 50 000 personas que colmaron las instalaciones del Estadio Centenario anoche (19 de abril de 2014), en el inicio de su gira sudamericana Out There!
En el ingreso al estadio había puestos que ofrecían mercadería oficial del artista, camisetas, programas, canguros con la firma de Macca estampada en el pecho y llaveros. La antesala del espectáculo, sobre las 20:15 horas, estuvo marcada por la exhibición de fotografías de todas las épocas del beatle en las pantallas led gigantes ubicadas a ambos lados del escenario.
El show comenzó 20:45 con el tema Eight Days A Week. Paul apareció vestido de negro y con su característico bajo Höfner, ante la multitud que lo ovacionaba de pie. “¡Buenas noches Montevideo” ¡Bienvenidos, uruguayos! Estoy muy contento de verlos otra vez”, dijo en español antes de interpretar All My Loving. “Esta noche intentaré hablar un poco en español, pero más que nada en inglés”, bromeó.
“Voy a tomarme un momento solo para mirarlos”, agregó luego de cambiar el bajo por una guitarra eléctrica para tocar Let Me Roll It, de su etapa con Wings. Más adelante, para Paperback Writer, se colgó la misma guitarra que usó durante los años 60.
Macca mantuvo la interacción con el público todo el tiempo. Incluso pidió que levantaran la mano quienes eran de Uruguay y aquellos que habían venido desde el extranjero. Tampoco faltó el ritual de estamparle la firma a dos chicas en el cuerpo.
El concierto recogió uno de los catálogos más queridos de la música popular con canciones que cruzaron su carrera, como solista, miembro de Wings y como un Beatle. Tampoco faltaron títulos de sus obras más recientes.
Uno de los momentos más especiales fue durante la interpretación de su mejor entrega romántica de los últimos años, dedicada a su esposa Nancy Shevell (presente en el concierto), My Valentine, que cantó sentado al piano. “La escribí para mi hermosa esposa”, comentó mientras de fondo se exhibía el videoclip protagonizado por Johnny Depp y Natalie Portman.
Cuando llegó el turno de Blackbird una parte del escenario se elevó varios metros ubicando al músico en las alturas. Ése fue uno de los recursos técnicos de mayor impacto dentro del monumental despliegue de Out There! Allí continuó con Here Today, el homenaje a John Lennon y minutos más tarde recordó a George Harrison con una versión intimista (con ukelele) de Something.
McCartney visitó por segunda vez Montevideo con un despliegue técnico más ambicioso que en 2012, un escenario que midió 70 metros de ancho por 22 de alto y 650 metros cuadrados de pantallas de led que sirvieron de eléctrico marco.
El montaje, que requirió del trabajo de 500 operarios, contó con una plataforma para acercar al artista al público y un nuevo sistema de iluminación con láser. Pirotecnia y efectos especiales completaron la fórmula exitosa del cantautor más grande de la historia de la música rock que continúa en actividad y que no piensa retirarse.
Su asistencia a conciertos de figuras jóvenes tampoco es en vano: a nivel de puesta en escena, Macca nada tiene que envidiarle a las nuevas generaciones del pop y éstas, a su vez, no dudan en tomarlo como ejemplo. Y no es para menos: este es el mejor concierto de rock al que se puede asistir.
En la entrevista exclusiva que ofreció a El País el británico decía que una de las características más interesantes de Out There! es la coherencia que logran mantener entre sí las canciones de distintas épocas que reúne a lo largo de tres horas en vivo. “Me gusta elegir canciones de épocas diferentes y tocarlas en un concierto porque además lo increíble es que todas tienen coherencia, tienen sentido juntas. Todas están relacionadas”. En el show se acordó de Luis Suárez y lamentó que no pudiera estar presente. “Él está en Liverpool y yo estoy aquí”.
Un show de nivel mundial
Se calcula que 50 000 personas colmaron las instalaciones del Estadio Centenario que por segunda vez en su historia fue intervenido para albergar ese aforo.
De Brasil llegaron unas 4 000 personas mientras que de Argentina, donde también se disfrutaba del fin de semana largo, asistieron unos 7 000 fanáticos que agotaron con bastante anticipación la capacidad hotelera de Montevideo y los pasajes para cruzar el río. Pero además, en la página web del artista se registraron compras de tickets en España, Italia, Reino Unido, Estados Unidos, Perú, Chile Brasil y hasta Sudáfrica.
Los más fanáticos lo esperaron con carteles y con globos de colores. Muchos lucieron camisetas alusivas a la gira Out There! y hasta un espectador asistió vestido como el personaje Sgt. Pepper. Durante Let it be la tribuna se pobló de luces de celulares. Se sentía el calor de la pirotecnia en las primeras filas cuando llegó Live and let die. Hubo muchas formas de vivir el concierto que alegró a varias generaciones.
Él prometió volver.