En Manta. Juana Delgado recibió su kit , entregado por los militares. Foto: Francisco Flores/EL COMERCIO
Fideo, arroz, galletas, harinas, canguil, atún, sardinas… son algunos de los víveres que reciben los damnificados desde el pasado 16 de abril, día en el que un terremoto sacudió a la zona costera del país.
El contenido del kit, según Vanessa Zurita, directora de Comunicación del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), lo define una mesa técnica liderada por el Ministerio de Salud, contemplando normativas internacionales.
Pocas son las personas en condición de emergencia que consumen frutas, vegetales o proteínas de calidad, pues ese abastecimiento, por lo general, son productos que se descomponen con rapidez.
Por eso, la mayoría de los afectados por el terremoto, obtiene la proteína, macronutriente indispensable en la dieta del ser humano, del atún. Escasean el pollo y la carne roja.
Otra razón es que no existe, por el momento, un lugar adecuado para almacenar los productos, pues tras el terremoto también se perdieron bienes materiales.
Esa carencia de alimentos, de llegar a prolongarse, podría desencadenar en una serie de enfermedades, según la nutricionista Andrea Borja. Las que más le preocupan son: desnutrición, anemia, osteoporosis, osteopenia.
Aunque afectan a personas de todas las edades, los niños constituyen la población más vulnerable. De acuerdo con Unicef, casi uno de cada cuatro niños menores de 5 años tiene desnutrición crónica a escala mundial, con consecuencias como pérdida de masa muscular, agotamiento.
¿Qué hacer para evitarlas? La nutricionista Sara Rivera dice que se deben buscar sustitutos. En ese sentido, lo recomendable es que quienes donan productos desde las ciudades, incluyan sustitutos válidos.
El fréjol, por ejemplo, es una de las leguminosas con mayor cantidad de proteína y capaz de reemplazar a la que proviene de la carne; se lo debe ingerir junto con un carbohidrato, de preferencia integral, por la fibra.
Esa sustancia también está presente en la avena en hojuelas, un producto que el MIES solicita. Los suplementos, en cambio, son una opción para obtener las vitaminas y minerales que el cuerpo necesita para funcionar adecuadamente.
La vitamina C, por ejemplo, favorece la absorción del hierro, mineral que ayuda a la transportación del oxígeno. Los frutos secos y el aceite de oliva proveen al organismo de grasas saludables, que actúan como fuente de energía. El aceite refinado contiene grasas saturadas y por eso es preferible eliminarlo de la dieta diaria, según los expertos.