Jóvenes se concentraron en el parque Bicentenario con el fin de conocer más de la cultura popular japonesa. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.
El sábado 6 y domingo 7 de enero del 2018 se llevó a cabo la quinta edición del festival Okaeri Hobbies Edition, con un enfoque culinario. El encuentro reunió a niños, jóvenes y adultos alrededor de la gastronomía, ilustración, música y actividades populares entre los jóvenes de Japón y Corea.
Daysi Yépez tiene 27 años y desde hace 10 se involucró con la música coreana. Su puerta de entrada para estos sonidos fue el ánime. Para ella, el Okaeri es un espacio que le permite dar a conocer grupos musicales juveniles que no son conocidos en el país. Pero sobre todo es una oportunidad para crear comunidad entre los seguidores de las bandas.
Yépez organiza eventos y encuentros para la agrupación BAP, una banda de chicos quienes promueven una onda hip hop en el pop coreano.
Sin duda alguna, la gran mayoría de asistentes llegó por la oportunidad de probar nuevos platillos asiáticos. Alejandro Rodríguez, de 21 años, asegura que fue al evento por que le gusta la cocina japonesa. En este encuentro vio la oportunidad de degustar platos que no están comúnmente en los restaurantes como el nikuma, una elaboración de pan japonés cocido al vapor; una variante de baoizi chino.
La novedad también atrajo a Sebastián Castellano, de 19 años, para quien era la primera vez en este tipo de eventos. Asistió por curiosidad culinaria, pues había visto a un ‘YouTuber’ preparar las gyozas japonesas en vivo y le atrajo la idea de probarlas en la ciudad y de paso conocer lugares para conseguirlas. La Cocina de Carmita se encargó de vender estos manjares tanto el pan en dulce y sal, como las gyozas, empanadas rellenas de cerdo.
Aunque no muchos conocen la preparación o ingredientes del ramen, los asistentes hacían fila para degustar la receta de Otaku Place. En este sitio también se preparaban los bocaditos dorayakis, conocidos por la serie de ‘Doraemon’. La preparación de masa con un relleno de chocolate se consumía como postre, entre niños y adultos.
El área de ilustración fue otro punto de encuentro en donde su pudo ver dibujar en vivo a artistas como Kaithzer Morejón, Carolina ‘Coral’ Aguirre o David Haro conocido como Kraus. A sus 27 años, Haro lleva trabajando desde hace ocho años en la ilustración en la que se inició con dibujos de personajes de series.
En este evento, así como con sus seguidores, Kraus se destaca por el estilo propio que imparte en sus ilustraciones. Haro describe esta línea como ‘manga cartoon’ puesto que mantiene una fusión entre estos dos estilos gráficos acentuando el expresionismo en los ojos, pero resaltando el tono caricaturesco en las imágenes.
Para Haro la difusión tanto de la cultura del manga como de su arte se ha dado a través de la ilustración de retratos bajo pedido de sus clientes.
Akuma no Ken, que se traduce como espada demoniaca, es una tienda dedicada a la elaboración de réplicas de armas. Sus propietarios realizaron una encuesta en el público para ver la posibilidad de realizar un museo o exhibición de armas. Los jóvenes se acercaban al estand para reconocer las diferencias entre las espadas tanto como su material de elaboración pues las réplicas del local se elaboran en madera, metal y resina.
Otro de los estands que más llamó la atención de los asistentes fue el del Comité del Centenario que en este 2018 celebra 100 años de relaciones entre Ecuador y Japón. Para promover su agenda a lo largo de este año, los miembros escribieron los nombres del público en japonés por USD 1, dejando un recuerdo que se podían llevar los asistentes.
Durante el primer día del evento, que se extendió de 10:00 a 18:00, Adriana Baquero, organizadora, señaló que tuvo una gran acogida superando las expectativas del encuentro.