El muralismo ecuatoriano está de luto. El reconocido artista Jorge Swett Palomeque, falleció la tarde de ayer, en su natal Guayaquil.
Su deceso, que enluta al arte y la cultura del país, ocurrió cerca de las 13:00 en la Clínica Kennedy de Guayaquil, según confirmó su hijo y también artista Carlos.
“Hasta hace cinco días estaba bien, lúcido y de un momento a otro, de manera violenta, se le presentó una inflamación de ganglios con altas fiebres que lo pusieron mal”, dijo el hijo del artista fallecido a los 86 años.
Sus restos reciben velatorio hasta hoy, en la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, entidad que presidió a inicio de los años 90.
Rosa Amelia Alvarado, actual presidenta de la Casa de la Cultura, lamentó su muerte. Y lo recordó como “un hombre jovial, un extraordinario conversador. Tenía ese don de la conversación. Era tan culto, tan versado, conversar con él era un deleite”.
Su último trabajo fue la restauración, hace varias semanas, de uno de los dos murales que él mismo plasmó en 1961 y que se constituyera en su primer gran mural de una serie de obras que se mantienen vigentes en la urbe.
También, como trabajos recientes junto a su hijo Carlos, están la restauración del mural de Manuel Rendón Seminario, en el Centro Cultural Libertador Simón Bolívar, y un mural conmemorativo al 2 de Agosto de 1810, en la Universidad de Guayaquil.
Pero sus cualidades artísticas trascendieron a otros sitios de la ciudad como los murales del antiguo aeropuerto Simón Bolívar, el del Hospital del IESS que lo hizo en conjunto con Segundo Espinel, Caja del Seguro, Hospital del Niño, Museo Municipal, Ecuavisa, Coliseo Voltaire Paladines Polo… Son alrededor de 120 los murales hechos con sus manos.
Además pintor, aunque el muralismo era su pasión, nació el 6 de febrero de 1926, fruto del matrimonio de Jorge Swett Coronel y Ángela Palomeque Gómez.
Realizó estudios superiores en la Escuela de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de Guayaquil.
Según relata Efrén Avilés Pino en una biografía de su obra ‘Enciclopedia del Ecuador’, presentó la Primera Exposición Universitaria de Pintura (óleos y acuarelas) que se realizó en el Ecuador.
También asistió a la Escuela Municipal de Bellas Artes, donde realizó prácticas con artistas como Alba Calderón de Gil, Galo Galecio, Alfredo Palacio, Rafael Rivas y Segundo Espinel a los que consideró sus maestros.
A lo largo de su trayectoria recibió innumerables reconocimientos. Los más importantes: la Medalla de Oro de la Municipalidad de Guayaquil y el Premio Nacional Eugenio Espejo, en la categoría de artes plásticas el 2001.