La definición del escultor y arquitecto Peter Busby -uno de los que le puso pies al proyecto- es la que mejor define a la tipología arquitectónica del Centro de Visitantes del Jardín Botánico de Van Dusen, emplazado en Vancouver, Canadá: “La arquitectura más hermosa es aquella que está en completa armonía con la naturaleza”.
Como afirma el https://moleskinearquitectonico.blogspot.com, este centro se destaca tanto por su lenguaje dinámico y sugestivo, como por lograr una estrecha comunión con la naturaleza usando para ambos propósitos una sofisticada tecnología.
“La ondulada y gentil forma del edificio busca integrarse al contexto del jardín botánico que lo acoge, sin por ello prescindir de un lenguaje contemporáneo y elegante de madera y cristal”.
El portal chileno www.pataformaarquitectura.cl refuerza ese concepto de diseño y afirma que el Centro de visitantes del Jardín Botánico de Van Dusen crea un armonioso equilibrio entre la arquitectura y el paisaje, desde una perspectiva visual y ecológica.
¿Cómo lo hace? Inspirado por las formas orgánicas y los sistemas naturales de una orquídea nativa, el ingenio de 1 765 m² se organiza en ‘pétalos’ ondulados de techo verde que flotan por encima de tierra apisonada y muros de concreto.
El bloque se ubica en el extremo sureste del Jardín Botánico Van Dusen, próximo a la zona de acceso y frente al estanque Livingstone.
Para acceder al Centro, el visitante debe atravesar un puente de madera que utiliza la misma tecnología de las vigas de los techos. Este puente desemboca en una amplia plaza de acceso.
Como explica el blog Moleskinearquitectonico, lo primero que llama la atención de la edificación es la ausencia de líneas rectas en su composición. Según Cornelia Hahn Oberlander, otra de las proyectistas, el diseño tomó su inspiración en los pétalos de una orquídea nativa de la Columbia Británica, que ella encontró en el libro ‘El alfabeto de las plantas’ de Karl Blossfelt.
El edificio se organiza en torno a un espacio central que capta la luz solar desde un cono de vidrio y a partir de él nace una serie de ‘pétalos’ que organizan las diversas funciones del centro de visitantes.
Exteriormente, la idea es que el perfil fluya orgánica y armónicamente con el resto del jardín, simulando de forma abstracta el rugoso relieve de las montañas de Vancouver. Sin embargo, la composición es muy ligera, ya que al utilizar grandes voladizos y mamparas de vidrio el techo sugiere la sensación de estar flotando.
El cono de vidrio destaca como contrapunto vertical en la composición predominantemente horizontal del conjunto. Y le confiere un equilibrio que atrapa.
Más datos
El proyecto es obra de la reconocida oficina canadiense Perkins+Will Canada, en colaboración con la célebre arquitecta paisajista Cornelia Hahn Oberlander. Tanto ella como Peter Busby, socio principal de Perkins + Will, tienen una larga trayectoria diseñando proyectos sustentables.
El centro fue diseñado para superar el certificado LEED Platinum, la edificación busca alcanzar el Living Building Challenge, el desafío más exigente de sustentabilidad en el ámbito de la construcción.
La instalación utiliza fuentes renovables in situ. Así logra cero emisiones de energía sobre una base anual; aísla el carbono suficiente como para lograr la neutralidad de carbono; usa y filtra las aguas lluvia para utilizarla en los requerimientos de aguas grises; y trata el 100% de sus aguas negras en un biorreactor propio.