El 20 de marzo es el Día Internacional de la Felicidad. Foto: Pixabay
La felicidad es un estado de ánimo que la Real Academia Española define como “satisfacción, gusto, contento”, pero tiene diversas explicaciones que dependen del área de estudio desde donde se la analice.
Según Francisco Mora, neurocientífico y autor del ensayo “¿Está nuestro cerebro diseñado para la felicidad?”, ser feliz es un “teorema universal sin resolver” que se ha intentado abordar desde la religión, la filosofía, la psicología, la economía y ahora la neurociencia.
Desde cada campo se comienza a debatir su concepto a propósito del Día de la Felicidad, que se recuerda este viernes 20 de marzo del 2015.
Para la biología, por ejemplo, esta sensación se refleja en el cerebro ya que es la consecuencia de factores externos e internos los cuáles estimulan el sistema límbico.
Hacer ejercicios, comer chocolate o jugar, son actividades que aumentan los niveles de endorfina, la hormona encargada de producir felicidad.
El cuerpo también produce otras hormonas como dopamina que se relaciona con el placer y la motivación y la serotonina que alivia el estado de ánimo y la ansiedad.
Una disminución en su producción genera depresión, agresión, ira e incluso se ha asociado a la deficiencia de dopamina con el Parkinson.
En la psicología se considera que la felicidad es un estado de realización personal que causa satisfacción y bienestar, como lo explica la psicóloga Paulina Barahona.
“Ser feliz” es subjetivo, la historia de cada persona y sus relaciones son las que motivarán a que vaya cumpliendo pequeños objetivos.
Pero ésta no es una meta final, solo es parte del proceso de desarrollo de la persona, ya que “el ser humano siempre desea más”, por lo tanto, esta búsqueda nunca termina, afirma Barahona.
Si la persona no logra alcanzarla, la frustración es evidente, sobre todo si se compara con los alcances de quienes le rodean.