Las estrategias que idearon los hombres y mujeres históricamente para evitar la concepción fueron varias: zumo de limón, condones hechos con pieles de animales, pequeñas dosis de mercurio, ungüentos de plomo mezclado con incienso y más. Con el tiempo, estos experimentos se reemplazaron por una larga lista de métodos más científicos de anticoncepción, clasificados en naturales, de barrera, hormonales y quirúrgicos.
Aunque son mucho más confiables, no siempre son útiles para todas las personas. Por lo tanto, antes de adoptar uno es imprescindible investigar cuál es el adecuado, de acuerdo con las situaciones médicas que se pueden presentar.
Alexandra Correa, directora técnica médica de Aprofe, destaca la importancia de recibir orientación, información y educación adecuadas sobre la cantidad de métodos anticonceptivos regulares que están disponibles.
Según los registros de su institución, los más empleados en Ecuador son los anticonceptivos orales combinados (pastillas), la T con cobre y los inyectables.
El uso de implantes subcutáneos también ha crecido, después de que el Ministerio de Salud Pública (MSP) los empezara a colocar gratuitamente a las usuarias. Sin embargo, no todas las mujeres pueden optar por estas alternativas.
Correa comenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) exige un protocolo de criterios médicos de elegibilidad para el uso de anticonceptivos, en el que se explica en qué enfermedades está contraindicada la utilización de un método específico.
La especialista cita varios ejemplos: una persona que tiene una infección genital por la bacteria Clamidia trachomatis (que provoca daños en las trompas de Falopio e infertilidad) o gonorrea, no puede elegir un dispositivo intrauterino como su método de anticoncepción. Lo mismo sucede en pacientes con cáncer cervicouterino.
Para quienes tienen infección por el Virus del Papiloma Humano, la T con cobre es una de las primeras alternativas, seguida por los anticonceptivos orales que contengan solo progesterona.
Oswaldo Andrade, ginecólogo del Hospital de Especialidades San Bartolo, explica que es indispensable construir una buena historia clínica antes de definir el procedimiento anticoncepcional, porque las decisiones dependerán de la condición particular de cada persona. La recomendación general en su consulta es no guiarse por los métodos naturales como el collar del ciclo menstrual, la temperatura basal, las características del moco vaginal o el coito interrumpido (ver infografía). Estos no son buenos consejeros y los riesgos de embarazo son mayores.
Los métodos de barrera, según Andrade, son altamente recomendados. Dentro de esta clasificación están los espermaticidas y los preservativos. Estos últimos contribuyen a la prevención del VIH que causa el sida y otras infecciones de transmisión sexual.
Para Adriano Silva, cirujano urólogo, la efectividad de los condones es alta, salvo que estén defectuosos o no se coloquen adecuadamente. Comenta de casos en los que las personas, pensando en una mayor protección, emplean doble preservativo. Esto, lejos de ser productivo, puede resultar peligroso porque la fricción puede hacer que se rompan más rápido. Aunque no se han registrado mayores contraindicaciones en el uso del preservativo, existen individuos que presentan una reacción alérgica cuando tienen contacto con el látex. La solución para este inconveniente es usar los que están hechos de poliuretano.
Las pastillas, las inyecciones (mensuales o trimestrales) y los implantes pertenecen al grupo de los métodos anticonceptivos hormonales. A pesar de ser los de mayor eficacia, no son los más aconsejables, según los especialistas consultados, cuando existen problemas hepáticos, renales o cardíacos. Tampoco cuando la persona sufre hipertensión severa, diabetes con complicaciones vasculares, várices y cáncer de seno o de la matriz.
Cuando se presentan estos padecimientos, el médico tratante debe estudiar el caso y sugerir el método más conveniente.
Andrade comenta que cuando todo está normal, las pastillas anticonceptivas son una excelente opción para las mujeres que no han tenido hijos o que presentan ciclos menstruales irregulares. En su consulta evita recetar los inyectables a quienes quieran ser madres en el futuro, porque en algunos casos su administración puede causar infertilidad. No sucede siempre, pero prefiere evitar el riesgo.
Cuando no se puede dar medicamentos vía oral, el parche anticonceptivo, que actúa liberando pequeñas dosis de hormonas que se absorben a través de la piel y que llegan a la sangre de manera continua, puede ser una alternativa, al igual que el anillo vaginal que logra destruir los espermatozoides.
La vasectomía y la ligadura son métodos de anticoncepción radicales. Estos procedimientos quirúrgicos necesitan un chequeo preoperatorio.
Más contraindicaciones
Migraña. Son numerosos los factores que empeoran la intensidad de la migraña. Los anticonceptivos orales, compuestos por distintas cantidades de hormonas, han sido relacionados directamente con un aumento de la incidencia de migrañas en las mujeres en edad fértil.
Trombosis Venosa Profunda. Muchas personas creen que el TVP solo afecta a adultos mayores, pero las mujeres que toman píldoras anticonceptivas, gente con una altura mayor a 1 metro y 84 centímetros, y adultos menores de 30, tienen más riesgo.
Haga clic aquí para ver la infografía.
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