Dentro y fuera del país, una de las cartas de presentación del presidente Rafael Correa, de la llamada Revolución Ciudadana y del Socialismo del Siglo XXI ha sido el nuevo impulso regional del cual el Ecuador es parte, junto con los gobiernos progresistas de Latinoamérica (Bolivia, Venezuela y en su tiempo Argentina y Brasil).
A diferencia de lo que ocurría hace una década, la realidad geopolítica y económica del planeta está cambiando. La presidencia de Donald Trump, la salida del Reino Unido de la Unión Europea y una corriente ultraderechista que se abre espacio en el Viejo Continente determinan un nuevo escenario en estos bloques, que además son los más importantes para Ecuador en materia comercial.
La política exterior ecuatoriana cambió de eje con la llegada de la Revolución Ciudadana. El discurso del Gobierno se ha centrado en la soberanía y la reestructuración de los sistemas tradicionales, bajo el argumento de romper con la hegemonía de las potencias tradicionales.
Según la Cancillería, hay 79 fondos de Cooperación Internacional en Ecuador y 208 organizaciones no gubernamentales (ONG) registradas. Sin embargo, de todas esas organizaciones extranjeras solo el 51% están activas (106). Otras 75 finalizaron sus convenios, 12 están en proceso de terminación y apenas 15 están iniciando nuevos convenios.
La Ley de Comunicación ha sido objeto de reparos para organizaciones internacionales que tratan temas sobre la libertad de expresión.
Antes de la publicación del Decreto Ejecutivo 16 había 22 013 organizaciones de la sociedad civil registradas en diferentes carteras de Estado. Tras la normativa, expedida en el 2013 por el presidente Rafael Correa, la cifra ahora es de 87 783.