La mujer vivió años de violencia intrafamiliar en Guatemala. Ahora, es enjuiciada por la muerte de su esposo.
El nicaragüense Adrián José G., de 38 años y quien padece de trastorno óseo, conocido popularmente como enanismo, fue condenado a 44 años de cárcel por haber asesinado, junto a su pareja, a sus ancianos padres, un delito que confesó.
Dos hermanas parricidas deberán ser juzgadas por asesinato con premeditación, concluyeron el martes 3 de diciembre del 2019 los investigadores del caso, que se convirtió en un símbolo de la lacra de la violencia doméstica en Rusia, y de la dejadez de las autoridades para combatirla.
Un niño de 10 años apuñaló a su padre para evitar que este continuara golpeando a su madre. Sucedió en México, en el poblado de Puerto Ceiba, en Paraíso, Tabasco, la tarde del lunes 3 de diciembre del 2018.
Un adolescente de 12 años fue aislado por la Dirección Nacional de Policía Especializada en Niños, Niñas y Adolescentes (Dinapen), por presuntamente apuñalar a su padre. El hombre, posteriormente, falleció.
Un niño de 14 años confesó el asesinato a sus padres con un cuchillo en su casa en Katlijk, una pequeña localidad al norte de Holanda, informó hoy, 29 de septiembre de 2017, la Fiscalía holandesa.
Un padre habría asesinado a sus hijas de 5 y 9 años de edad en el sector La Pampa del cantón Baños de Agua Santa, en Tungurahua.
El hecho ocurrió en El Inca, un barrio del norte de Quito. Eran las 04:00 de ayer domingo 26 de junio del 2016, cuando los vecinos escucharon unos gritos. El rumor corrió entre los moradores, Alfredo P., un hombre de 57 años, habría sido asesinado por su hijo de 16.
Tres impactos de bala acabaron con la vida de Andrés C. El hombre de 45 años murió en un confuso incidente en el interior del departamento que compartía con su esposa y dos hijos y también con su padre Jorge C., de 75 años.
Davis tiene 8 años y su hermano menor, Widinson, 5. Ambos corren alrededor de su pequeña casa de adobe sin entender bien por qué sus abuelos maternos lloran desconsolados.
La literatura también ha tenido lo que podría decirse fue su crónica roja. Querían matarlos. Aunque sin armas, a los padres literarios querían matarlos. En los años 70, el movimiento literario infrarrealista de México se infiltraba en las presentaciones de los libros de Octavio Paz, toda una vaca sagrada de la literatura mexicana, para boicotearlo: le lanzaban tomates podridos, risas burlonas, insultos. Eran parricidas, negaban a sus ancestros de peso. Se divertían.