Esta semana en la que la Bienal de Venecia ha copado las noticias del arte, se antoja necesaria una conversación sobre el acto de curar, entendido como curaduría en el ámbito artístico y también en sus sentidos más amplios. Para cumplir con esta tarea, contar con José Luis Blondet -Curador de Proyectos Especiales de uno de los museos más importantes de Los Ángeles, EE.UU.- como interlocutor es un privilegio.
¿Cuál es el balance de la primera edición de la AQ Arte Feria que se realizó el año pasado? La feria tuvo muy buena acogida. A la etapa de postulación se presentaron 12 galerías y más de 170 artistas. La cita tuvo 8 700 visitantes. En total se armaron 34 stands, además hubo ocho proveedores de arte. El objetivo de la anterior edición fue realizar un trabajo de promoción y difusión, para abrir el mercado que durante muchos años ha estado parado en el país.
El 2014 deja un saldo positivo en materia artística. Y con esto, no solo se hace referencia a destacadas exposiciones realizadas en el país (mencionar unas pocas parecería un error). También está la vasta edición de libros en los que se ha plasmado la historia del arte nacional, sea este precolombino, colonial e, inclusive, contemporáneo.
El recientemente entregado Premio Nuevo Mariano, que reconoció con becas a 10 proyectos de arte, en las categorías de creación, investigación, publicación y nuevas pedagogías, dejó desierta la de Curaduría. Siendo testigos de la emergencia de artistas y de propuestas creativas, este vacío en el reestructurado premio es, acaso, un llamado de atención sobre estos actores de las artes visuales: el curador o el comisario de arte.