En Grecia están por aplicar un programa de ajuste que supera cualquier cosa que hayamos visto en nuestras tierras. Quieren que el gobierno baje su gasto y que cobre más impuestos, justo cuando el paÃs está en plena recesión. Y no es el Fondo Monetario el que está empujando estas reformas sino los paÃses más ricos de Europa.
Pobres griegos. No debe ser fácil aplicar ese tremendo ajuste. Se habla de reducciones en el gasto público en todas las áreas (incluidas salud y educación), se dice que podrÃa haber reducciones en los sueldos de los burócratas de entre 5% y 30%, que habrá aumentos en las contribuciones a la seguridad social y de que se subirá la edad de jubilación. Esto suena peor que la más fea pesadilla que puede haber acosado a cualquier ministro de finanzas de América Latina.
¿Será que los griegos están locos y por eso implementan un plan tan doloroso e impopular? ¿Será que los gobiernos de Alemania y Francia (que prestarÃan la ayuda financiera que requiere Grecia) están también locos? ¿Cómo se les puede ocurrir aplicar un plan de austeridad tan duro cuando el paÃs está en recesión?
Muy sencillo, ninguno de los involucrados está loco, simplemente no tienen otra opción. Subir los impuestos, bajar el gasto y reducir las prestaciones sociales son lo menos indicado en una recesión, pero si el paÃs involucrado no tiene plata y enfrenta dificultades para conseguir préstamos, no hay otra alternativa sensata (la opción insensata serÃa imprimir billetes, pero eso implicarÃa abandonar el euro, “deseurizar”, con todos los costos que eso implica).
A los europeos tampoco les quedaba otra opción que ayudar a los griegos y evitar un colapso del euro, pero como no podÃan regalarles la plata, les ayudarÃan garantizando sus deudas y les pondrÃan unas durÃsimas condiciones. Al final los contribuyentes alemanes, franceses difÃcilmente aceptarÃan algo menos duro.
Grecia venÃa endeudándose año tras año durante toda esta década; su deuda pública supera lo que el paÃs produce en un año y su déficit fiscal del 2009 fue más del 12% del PIB. En resumen, habÃa vivido mucho tiempo más allá de sus posibilidades y algún momento tendrÃa que ajustarse el cinturón. La crisis mundial solo aceleró ese ajuste.
Pobres griegos pero, al menos, deben haberla pasado bien los últimos años gastando más de lo que tenÃan, con unos astronómicos déficits fiscales. Pobres, pero ahora les vino el chuchaqui que viene después de una farra.
Por cierto, si el gobierno del Ecuador cumple con su presupuesto de este año, tendrá un déficit cercano al 8% del PIB, similar al que tuvo Grecia hace dos años. Y como anda declarando ilegales e ilegÃtimas todas las deudas nadie le presta. ¿Qué va a hacer cuando no tenga plata? Qué pesadilla solo pensarlo.