En los últimos tres meses, septiembre, octubre y noviembre, el país muestra tasas de inflación negativas, tanto en términos mensuales como anuales, es decir, no solo respecto al mes inmediatamente anterior sino frente al mismo mes del año previo. Inflación negativa, decrecimiento, caída de los precios o deflación, son sinónimos. En septiembre, octubre y noviembre del 2017 las inflaciones fueron de -0,15%, -0,14% y -0,27% en términos mensuales y del -0,03%, -0,09% y -0,22% en términos anuales. Esto significa que la deflación, lejos de atenuarse, se ha profundizado. El nivel general de precios, en promedio, cae mes a mes.
¿Porqué un país puede registrar deflación? Una de las explicaciones es que la oferta agregada de bienes y servicios de toda la economía crezca de forma importante, que haya una sobre producción y que la demanda no sea suficiente. La otra posibilidad es que la oferta no varíe mayormente pero la demanda de la economía se contraiga, que las empresas no puedan vender todo lo que producen a los precios del mercado, lo que les puede obligar a vender a precios menores a pesar del impacto que esto genere en la rentabilidad del sector productivo. También puede darse alguna combinación de los dos casos anteriores, es decir, que los productores no puedan vender todo lo que ofrecen a los precios vigentes y que además la demanda se reduzca.
Muy probablemente lo que está aconteciendo es que el alto costo de producción impide que la oferta de productos crezca mayormente pero el desempleo y subempleo reinante, la falta de inversión nacional y extranjera y también el componente de los altos costos de vida, empieza a “pasar la factura”, es decir, los ciudadanos ya no pueden comprar la misma cantidad que compraban o si lo hacen es mediante precios menores.
Los desequilibrios económicos hacen que la economía siempre se ajuste por alguna vía, sea por precios o por cantidad. Si es por precios, el país puede registrar alta inflación, una depreciación acelerada de la moneda o elevadas tasas de interés. Si es por cantidad, el país puede registrar recesión, estancamiento económico y alto desempleo y subempleo. También es posible alguna combinación de los efectos anteriores. Sin embargo, lo principal es que la deflación es una clara manifestación del clima de estancamiento. Por lo tanto, ¿cómo explican el optimismo de subir aunque levemente las estimaciones de crecimiento con deflación? Algo no cuadra pero también algo queda claro. El país está estancado o crece muy poco y la economía empieza a ajustarse con menores precios, con empresas que pierden o tienen menor rentabilidad, con lo cual el empleo difícilmente subirá. Si no hay una fuerte recuperación de confianza con más inversión, el desempleo y subempleo empeorará o quedará tal cual, seguiremos dependiendo de la deuda.