En un excelente artículo de hace algunas semanas, Rodrigo Borja decía: “el Muro de Berlín no fue solo una pared de cemento armado que partió en dos una ciudad, sino la frontera entre dos sistemas filosóficos, políticos y económicos contendientes. Devino en uno de los grandes símbolos de la guerra fría”.
Así fue en verdad. Por ello, cuando cayó el muro hubo amplia conciencia de que el hecho tendría consecuencias en Alemania y Europa. Pero no se pensó mucho cómo impactaría en otros lugares de la Tierra, como América Latina. Sin embargó, tuvo serias consecuencias aquí.
En primer lugar, fue el principio del fin del bloque soviético y de su influencia en el mundo y en nuestro continente. Por años, la URSS había desafiado el predominio norteamericano en Latinoamérica. Pero con la crisis interna y los cambios que se expresaron en la caída del muro las cosas fueron distintas.
En segundo lugar, el hecho reforzó el triunfo ideológico del neoliberalismo. Por primera vez en décadas, la derecha no solo ganaba elecciones en la región, sino que lograba una iniciativa intelectual con un mensaje de “cambio” que convenció a muchos.
En tercer lugar, el derrumbamiento de ese símbolo de negación de la democracia y el socialismo fue también el fin del estalinismo y su larga influencia en un sector de la izquierda latinoamericana. Al fin, lo que muchos pensadores socialistas habían denunciado era unarealidad: la dictadura estalinista esclerótica y autoritaria caería bajo el peso de sus propias contradicciones.
En cuarto lugar, el fin de esa barrera que dividía una ciudad y una nación fue la oportunidad para replantear el pensamiento de izquierda en nuestra región, no solo con una radical crítica al estalinismo, sino también con un esfuerzo, que ya tenía una larga tradición, de pensar con cabeza propia un proyecto profundamente latinoamericano.
A los 25 años de la caída del muro apreciamos esas realidades desde una América Latina que ha cambiado mucho en un cuarto de siglo. El fin del Muro de Berlín y del bloque soviético son parte de un pasado sobre el que debemos reflexionar.
Para avanzar en esa tarea es recomendable la lectura del libro ‘Desde sus cenizas, las izquierdas de América Latina a los 25 años de la caída del muro de Berlín’, que fue preparado a partir de un seminario impulsado por la Fundación Friedrich Ebert-ILDIS y la Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador, que luego publicaron la obra.
El libro, editado por Daniel Kersffeld, está dividido en tres partes. La primera enfoca la caída del Muro de Berlín y sus consecuencias en el Ecuador. La segunda ofrece varias perspectivas sus efectos en las izquierdas latinoamericanas. La tercera contiene varias lecturas transversales. Sus 21 estudios presentan una buena perspectiva de una realidad candente.