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Cuan acertado el proverbio chino “Corrige al sabio y lo harás más sabio, corrige al necio y lo harás tu enemigo”. Nadie posee toda la sabiduría ni necesariamente siempre se acierta, pero en las personas -y más en los gobernantes- su mejor expresión de sabiduría y su acierto más preciado -realmente valentía- es aceptar los errores y enmendarlos.
En contraposición, es cobardía la posición del necio que hace lo imposible para sostenerse en la necedad o si corrige mete cualquier cuento para no admitir la omisión o el error que cometió.
El sabio no tiene la paranoia de clasificar como enemigo al que piensa diferente, sino la inteligencia de valorar las diferencias y corregir sus decisiones y conductas si amerita hacerlo.
El sabio dialoga, el necio ofende.
El sabio no requiere obsecuentes -se ofende a los animales, cuando se los llama “ovejas”, “borregos” o “perros”- porque el servilismo endiosa, para nada ayuda a razonar.
Al estar por iniciarse el año 2016, ¿podrán los actores del poder -también los contradictores- hacer un esfuerzo por asumir la opción del sabio y no la del necio?
En el estado de propaganda que vivimos, cuanto se falta a la verdad. Mi impresión es que a veces ni siquiera es intencional, sino desconocimiento de quienes hablan porque tienen pantalla o están ante un micrófono.
Para proclamarse “alfaristas”, han llegado a citar textos de García Moreno -que alguien los pasó- como si fueran de Eloy Alfaro.
Hace algunos días se decía que el pago -cuota de amortización e intereses- de los bonos de deuda externa, efectuado el 15 de diciembre del 2015, se constituía en la primera vez en 180 años -¿se referirán a la vida republicana?- “que se cumple el pago a tiempo”; reafirmando la falsedad con la frase “Los bonos están pagados por primera vez en la historia”.
Ignorancia sería calificativo benevolente, porque muchísimos más son los pagos puntuales de deuda externa que los no pagos. Lo criticable en tiempos de la partidocracia en que en varias ocasiones -igual que ahora- se ha tomado recursos de crédito o de anticipos para pagar la deuda, sin responder a una previa programación financiera.
Hay concepciones inaceptables, como aquella de intentar contraponer la libertad con la equidad. Práctica de gobiernos totalitarios ha sido “imponer” su modelo de equidad, castigando a la libertad.
Para esto, hasta se pervierte principios como sucede con el de “servicio público”, para intentar controlar todos los espacios de la sociedad.
Que el 2016 sea el año de rescatar la racionalidad en el comportamiento de los actores del poder y sus contradictores.
Los costos acumulados de los errores, las omisiones y los abusos, ya son muy altos y no siempre pueden repetirse contra los responsables de aquellos.