El Presidente conformó un Consejo Consultivo Productivo y Tributario: gremios y funcionarios deberán consensuar una estrategia para sacar a la economía de su estancamiento trianual. Paralelamente, la Asamblea se mueve. El Ing. Kronfle de la Comisión Económica ha expuesto un conjunto de medidas que formarían parte de esa estrategia, entre las que constan promesas de campaña tanto de Alianza País como del PSC y CREO. Los gremios presentaron propuestas a la Asamblea y su presidente José Serrano las receptó con ánimo positivo.
El terreno está abonado para que germine un programa que ponga a la economía nuevamente en marcha, y retorne el empleo.
Son dos los grandes desafíos. Uno, reducir el déficit fiscal. El déficit es elevadísimo y la economía está estancada; eso no es sostenible en el tiempo. Tiene que haber una gradual reducción del gasto público, incluso de la burocracia, que se infló sin medida en la última década. Habrá que considerar la reducción de subsidios y el aumento de ingresos.
El programa debe ser plurianual. Si, por ejemplo, incluyese la reducción del ISD, como consta en la propuesta de Kronfle, debe ir de la mano con un incremento de la actividad privada que cause más renta fiscal; por eso se propone reducirlo en 1 punto porcentual al año. Toda decisión fiscal es controvertida y conlleva costo político, sea que reduzca gasto o que genere ingresos. Pero no queda otra.
El segundo frente es más complicado: crear las condiciones para regenerar la confianza empresarial, luego de diez años de hostigamiento. Además, el exceso de inflación de esta última década encareció al país y torna cuesta arriba exportar. Si no exportamos no entran divisas, y la economía de los hogares tiene que permanecer deprimida, puesto que si consumen, se importa más y nos quedamos sin dólares. Hay que bajar los costos para las empresas, siendo el principal de ellos el laboral. El dólar protege al empleado de la devaluación, lo cual es positivo, pero hay que permitir que se reduzca el costo laboral sin que bajen los salarios. Si eso no se logra, tarde o temprano colapsará la dolarización, puesto que el país no puede mantenerse indefinidamente como el más caro de la región. No podemos aislarnos como Corea del Norte, construyendo un muro alrededor del Ecuador, como se pretendió en la frontera sur.
El programa tendrá que incluir la eliminación de impuestos distorsivos, así como de los impuestos anti-capital, como el de la plusvalía; devolver confianza en el manejo monetario con la transferencia del dinero electrónico a la banca comercial, y ratificar la decisión de abrir el país al mundo, sumándonos a la Alianza para el Pacífico.
Lo importante es reavivar los ánimos y que renazca la inversión. Que se avizore la luz al final de este tenebroso túnel.