El Gobierno anunció cambios a pocos días de su primer año en el poder. El reto del momento es mover la economía hacia el crecimiento y la creación de empleo.
Este tramo del gobierno de Lenín Moreno se caracterizó por ministros remanentes del anterior Régimen que no mostraron voluntad de avanzar hacia enfoques distintos sobre el modelo ni aceptaron otras concepciones distintas a las que les ataron durante una década.
Incluso la ministra saliente, María Elsa Viteri, que al inicio de su gestión de apenas dos meses pareció abrirse a otras ópticas, tampoco contempló una propuesta diferente a sus viejas recetas.
Hoy el reto de Richard Martínez está planteado. Él nació a la palestra pública como ejecutivo de un ente gremial, la Cámara de Industrias de Pichincha, y se proyectó al frente del Comité Empresarial Ecuatoriano.
Su compromiso en la toma de juramento fue el de no solamente deberse al gremio para el que prestó servicios sino a todo el país. Dijo que no perderá de vista en su compromiso el énfasis social del Gobierno y el Presidente.
Los retos son inmensos. Una economía con un abultado déficit fiscal; un país ávido de generación de empleo y seguridad jurídica para emprender e invertir; un gasto público de grandes dimensiones y una magra capacidad de reducción y ahorro.
Parece que el camino será un ajuste gradual. No se debe soslayar la urgencia de renegociar la costosa deuda y sus plazos cortos. La tarea empieza ya.