El papa Francisco hará su primera visita pastoral al Ecuador. Guayaquil será el puerto de arribo de Su Santidad a nuestro país.
La visita del pontífice, oriundo de Argentina, es la segunda de un alto jerarca de la Iglesia Católica antecedida por aquella de Juan Pablo II.
Este periplo papal incluye a Bolivia y Paraguay y tiene un significado especial, pues Francisco es el primer papa latinoamericano de la bimilenaria historia de la Iglesia de Roma en la tierra.
Cuando Francisco era sacerdote jesuita -entonces Jorge Bergoglio- visitó Ecuador. El país es mayoritariamente católico, y la visita de Su Santidad será sin duda una oportunidad para reafirmar vocaciones religiosas y la fe en millones de personas.
El Ecuador que visitará el papa Francisco atraviesa por una situación particular debido a las tensiones y polarizaciones que dividen a la sociedad. Esta puede ser una buena oportunidad para entrar en una etapa de reconciliación luego de varios años de división y hasta encono.
Tal vez la confirmación de la visita efectuada por las altas autoridades nacionales y eclesiásticas sea el espacio para fomentar el diálogo, la paz, desarmar los espíritus y reflexionar sobre las libertades y los derechos sociales que han atravesado años difíciles.
La visita de Su Santidad puede ser un bálsamo para curar heridas y atenuar posturas de odio en insultos y abrir los brazos entre todos para enfrentar la crisis. Y, desde luego, no debe ser motivo, de ninguna manera, de politización.